Oposición a prueba

Asombra que la oposición se mueva como si las próximas elecciones fueran en el 2018

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Al atender la política nacional, queda una impresión de esterilidad, de esfuerzo nostálgico que no para en nada, pero insiste y persiste, una suerte de reflejo de esa forma tan tica de moverse sin vencer los egoísmos, sea, sin fijarse en el otro, bien para notarlo o para hacerse notar. Cada quien para su saco, que aquí, entre pigmeos, lo que importa al parecer es sembrar pica en Flandes. Asombra, y no poco, que la oposición se mueva como si las próximas elecciones fueran en el 2018. “Tan lento como sea posible”, parece ser su lema tácito. Será que nadie apuesta a esta tanda eleccionaria, suponiendo que el próximo gobierno es de mero trámite, el tercero de Liberación y, por tanto, es mejor cálculo apostarle al desgaste natural de tres gobiernos seguidos. Algo así como esperar a que Goliath esté herido y por si las moscas también un poco dormido, para enfrentarlo con alguna probabilidad de éxito, en el 2018, no ahora que hasta consenso logró al definir candidatura.








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