La agroindustria del café emplea directa e indirectamente a más de 100 millones de personas en el mundo, quienes, en su mayoría, viven en los países productores. De acuerdo con proyecciones de expertos internacionales, la demanda de café se triplicaría en el 2050 debido a mercados emergentes de consumidores, particularmente de China y la India.
El aumento implica que las áreas de producción de café pasarían de las 10 millones de hectáreas sembradas a cerca de 25 millones en el futuro. En apariencia, es un panorama optimista para países como Costa Rica, actores importantes en el mercado de cafés finos. Pero todo esto puede cambiar sustancialmente porque dichas proyecciones de crecimiento no han incluido los efectos futuros del cambio climático en las zonas cafetaleras y sobre las abejas que polinizan las plantas de café.
Un reciente estudio de Conservación Internacional, el Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (Catie) y otros investigadores, publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences determinó que la planta del café es sumamente sensible a condiciones bioclimáticas, concentradas en zonas tropicales de altura, suelos fértiles, buena humedad y altamente dependiente de abejas meliponas para la polinización. Por tanto, es extremadamente vulnerable al cambio climático.
Un aumento en las temperaturas, un cambio en los patrones de lluvias o en el medioambiente de las abejas hará que las zonas cafetaleras sean improductivas en el futuro y los finqueros deberán buscar nuevas áreas para producir; posiblemente en zonas más altas dedicadas hoy a la conservación, como los parques nacionales.
Consecuencias. Los investigadores concluyeron que si el aumento en la temperatura continúa se reducirán las condiciones bioclimáticas apropiadas para el café, lo cual afectará entre un 60 % y un 80 % de las zonas cafetaleras en América Latina en el 2050.
Indican, también, que el cambio climático reduce la cantidad y variedad de especies de abejas polinizadoras hasta en un 20 %. Las conclusiones de este estudio son reveladoras para que los países cafetaleros tomemos las medidas de adaptación necesarias para evitar al máximo los negativos efectos económicos y sociales.
Este es el primer estudio que abarca integralmente la relación del café con sus polinizadores en un escenario de cambio climático. Lee Hannah, científico de Conservación Internacional, indica que nunca antes se había determinado con la precisión que ahora lo hace este reporte las consecuencias de la alteración del clima en las áreas de producción y la polinización de las plantas.
Los científicos han estudiado la diversidad de polinizadores y su frecuencia de visitación a las flores del cafeto concluyendo que las abejas ayudan en la cantidad y calidad del café y hacen evidente la correlación de los bosques (como el hábitat de las abejas) con las plantaciones de café.
Aun cuando los científicos reconocen que la relación de las abejas meliponas con el café son un misterio de la naturaleza porque son oriundas del neotrópico y la planta del café de África del Este, lo importante es que en el futuro es fundamental la conservación de bosques en la zonas cafetaleras y el aumento de los sistemas agroforestales.
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Qué hacer. Los autores del reporte indican que para muchos países las plantaciones de café en zonas de menor altura dejarán de ser rentables y la producción cafetalera en dichas zonas deben cambiarse a cultivos y actividades económicas adaptadas a las condiciones climáticas futuras. En las demás áreas cafetaleras, deben tomarse medidas inteligentes, que incorporen mejor la relación bosque-abejas y sistemas agroforestales con la producción del café.
El Dr. Hannah indica que la mejor medida para adaptar el sector cafetalero será a través del aumento y diversificación de la sombra en el café y la conservación y restauración de bosques aledaños a las zonas sembradas. Además, recomienda promover la disminución de pesticidas que afectan a las abejas dentro y fuera de la plantación cafetalera y que la sombra del café tenga alta floración para una mayor atracción de estos insectos.
Estas recomendaciones reiteran lo que expertos y científicos nos indican sobre cómo tomar medidas de conservación para una mejor adaptación al cambio climático.
El autor es exministro de Ambiente.