El editorial de La Nación del viernes 30 de enero de 2015, titulado “Premios en la banca estatal”, amerita algunas aclaraciones importantes, comenzando por el título, ya que, en el tema en referencia, no es correcto hablar de “premios”. En muchas empresas, y especialmente en los bancos, existe hoy día lo que se llama “compensación variable”. Esta es una forma de retribución al personal que consta de dos partes: una fija y otra que cambia según los resultados de la gestión empresarial, grupal y personal. Este sistema tiene la virtud de estimular el logro de buenos resultados y mejorar el servicio al cliente, al tiempo que permite bajar la remuneración cuando estos no son buenos, cosa que es imposible en los sistemas de compensación fija.
Los bancos estatales han hecho un esfuerzo por racionalizar su planilla, incorporando el salario único y ajustando la compensación a los rendimientos. El Banco Nacional, en particular, renegoció su convención colectiva e introdujo en el año 2013 un nuevo modelo de gestión, que vincula mejor la remuneración al personal con los objetivos estratégicos. El informe de la Contraloría General de la República no considera esos cambios, puesto que cubre los años 2006-2012. Por lo demás, la propia Contraloría aprobó sin objeción, en todos esos años, los presupuestos del Banco que incluían la remuneración variable.
Captar y retener el talento para competir en el mercado es un gran desafío para cualquier banco. Sería un grave error debilitar esa capacidad en los bancos estatales por una percepción equivocada de sus sistemas de remuneración.
Violeta Fernández Rodríguez, Dirección Corporativa de Relaciones Institucionales y Responsabilidad Social, Banco Nacional.
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