El pasado 20 de noviembre se cumplieron dos meses del lamentable desplante diplomático que Costa Rica hizo a Brasil en la Asamblea General de la ONU. Conviene repasar algunos datos importantes que, muy posiblemente, hayan pasado inadvertidos para la mayoría. Repaso valioso, aunque algunos lo consideren inapropiado por las emergencias que el país ha vivido en las últimas semanas, pero que es nuestra obligación como ciudadanos realizar.
Y de paso, superar aquella sentencia lapidaria y casi centenaria de don Ricardo Jiménez de que en Costa Rica no hay escándalo que dure tres días. No. El desaire a Michel Temer implicó exponer al país y eventualmente perder enormes beneficios como los que hasta la fecha hemos obtenido de nuestros hermanos brasileños.
Brasil. Es la sétima economía mundial en términos del producto interno bruto (PIB). Ocupa el quinto puesto a escala mundial en cuanto a extensión territorial y de población. Es líder en la producción agropecuaria e industrial, y encabeza la lista de exportaciones en bienes agroalimentarios; y por su enorme inversión en investigación y desarrollo, ha logrado destacar en sectores como el automotor, la siderurgia, los productos minerales y los aeroespaciales.
Motivados por estar siempre un paso adelante, en junio del 2006, Brasil adoptó el sistema ISDB-T (Integrated Services Digital Broadcasting o Radiodifusión Digital de Servicios Integrados) para las transmisiones de televisión digital desarrollado por Japón.
Menciono esto porque en abril del 2009 Costa Rica acordó adoptar el formato brasileño-japonés (el cual entrará en vigor en diciembre del 2017 cuando se dé el “apagón analógico”).
Dicha adopción se oficializó en el 2011 y, desde entonces, ha habido una enorme cooperación de parte de Brasil en ofrecernos capacitaciones, seminarios, soporte técnico y hasta viajes. Cooperación que por decisiones políticas se puede ver comprometida en cualquier momento.
Cooperación. En la página www.abc.gov.br se puede acceder al escenario de cooperación que tiene Brasil con Costa Rica. Existen seis proyectos en ejecución y dos finalizados, y como bien lo señalan, “además de los temas tradicionales como la agricultura y la salud, Brasil ha presentado también la cooperación en las áreas de los servicios postales, los biocombustibles, la modernización de la energía y la modernización del sector de los sistemas de alcantarillado y tratamiento de aguas, teniendo en cuenta, en la medida de lo posible, todas las demandas de Costa Rica”.
Lo anterior es muestra del especial vínculo que tenemos con Brasil y que obliga a preguntarnos: ¿Qué necesidad tenía don Luis Guillermo para lesionar esta relación con ellos? Duele porque Brasil es un país amigo.
Resulta interesante saber que Brasil es uno de los pocos con quienes tenemos una balanza comercial positiva. Por esta razón, en lo privado, existe preocupación ya que las implicaciones comerciales pueden ser muy serias, tanto para nuestros exportadores como para los inversionistas brasileños, que pensarán dos veces antes de invertir en nuestro país, y exponerse a otro desplante presidencial que comprometa sus negocios.
En todo caso, pensar que seguiremos teniendo un futuro comercial promisorio, con este antecedente tan reciente, parece ingenuo. A partir de ese fatídico 20 de setiembre, nuestro país se expuso a que Brasil adopte, de ahora en adelante, una posición más rígida y severa a la hora de sopesar su relación cooperativa, comercial y diplomática.
Perjuicio. El portugués es hoy por hoy el idioma con mayor demanda laboral en nuestro país. En los últimos 10 años se ha abierto un importante espacio para la promoción y creación de empleo para personas bilingües; y nuestros jóvenes tienen excelentes oportunidades laborales de colocarse en empresas transnacionales de servicios si aprenden a hablar portugués.
Lo que quiero señalar es que nuestro vínculo con Brasil se ha visto fortalecido de forma natural en el ámbito de los servicios. Y, hasta hace poco, existía una enorme posibilidad de que nuestros jóvenes pudieran abrirse camino en el mercado brasileño. Lamentablemente, hoy tengo mis reservas. ¿Por qué?
Le invito, estimado lector, a que visite la página de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores ( www.rree.go.cr ) y confirme algo escalofriante: Brasil ya no aparece dentro de los países que nos ofrecen becas. Sin duda, decisiones políticas. Pero decisiones derivadas de pasos diplomáticos errados y sin mesura. ¿A cuántos jóvenes les está afectado directamente? ¿A cuántos más, en el futuro, les estamos limitando la oportunidad de estudio en Brasil?
No quiero ni pensar en los muchachos que, teniendo la ilusión de viajar becados a corto plazo, hayan sufrido la peor decepción de sus vidas: ver truncados sus sueños, por razones que siguen sin ser justificadas por los involucrados. Don Luis Guillermo lo debería saber mejor que nadie: con el futuro de nuestros hijos no se juega.
El autor es empresario.