Muchos viejos amigos me congratularon porque la Asamblea Legislativa no aprobó el voto de censura en mi contra, el pasado 4 de setiembre. Gracias a todos ellos. Una y otra vez respondí: "los excesos de la democracia solo se curan con más democracia", parafraseando a aquel ex presidente que nos alejó del precipicio económico y social en 1982.
Fue justo que ese voto de censura no se aprobara, pues pretendía responsabilizarme de las decisiones tomadas entre 2007 y 2011 en el caso de la refinería con China, cuando en esos años yo ni ocupaba el cargo de ministro del MINAE ni era miembro de la Junta Directiva de RECOPE. Esto ha quedado claro, pero varios diputados, especialmente de oposición, no desaprovecharon la oportunidad para adelantar la campaña política, proferir ataques ofensivos e infundados y apelar incluso a temas que nada tienen que ver con el caso de la refinería.
Esos diputados sumaron fuerzas con un adversario dentro del PLN y buscaron censurarme, pero no tuvieron éxito. Lamentablemente, lo que sí obtuvieron fueron altos costos y pérdida de tiempo para el Parlamento. Usaron 11 horas de las destinadas al control político, con un costo promedio de ¢28 millones por hora para un total de ¢308 millones en el proceso (si solo se consideran las dietas de diputados, el monto sería de ¢20.8 millones).
Lo más surrealista es que estos recursos y tiempo se dilapidaron en extraños discursos y malabarismos para intentar justificar un voto de censura contra un Ministro de Estado que inició funciones en el MINAE un año después de terminados los estudios cuestionados.
Si usted, estimado lector, tiene tiempo, le invito a leer las actas 28 a 42 de la Asamblea Legislativa. Son unas 200 páginas con los discursos de siete diputados (cada uno tenía derecho a una hora). Respetuosamente, le solicito que trate de descifrar de qué hablaron durante todos esos días. Pero si prefiere no perder el tiempo – yo sí tuve que leerlas – puede darse una idea con el siguiente resumen.
Los dos principales diputados proponentes y firmantes de la moción de censura son amigos de actividades extraparlamentarias, aunque son de partidos políticos distintos.
Uno de ellos dijo en televisión: "Se atrevió a disentir con don Óscar, ¿qué se cree Castro?". En la Asamblea tronó: “No pongo más mi pecho a las balas” (Acta Nº 28 de 20-6-2013). Su compañero se rasgó las vestiduras y afirmó: “Quiso utilizar mi provincia para realizar el proyecto de la refinadora con China; él, Castro, fue el promotor principal del proyecto, que no me vengan con el cuento de que la decisión se firmó y acordó en el 2007. Por eso proponemos un voto de censura, que Castro se vaya con sus motetes para la casa” (Acta N. º 38 de 24-7-2013). Ya sabemos que el proyecto de refinería efectivamente se inició en el 2007-2008.
Una tercera diputada decidió que este ministro y el de la Presidencia no hacíamos suficiente para que la Municipalidad de Santa Cruz no dé en concesión la Isla Plata, y por tanto había que censurarme por la refinería (Acta Nº 40 de 30-7-2013). ¿Dónde está la relación?
Una cuarta diputada me acusó de haber sido jefe de campaña del PLN, y de “no servir para ningún cargo” y, por tanto, había que censurarme por la refinería (Acta Nº 40 de 30-7-2013). ¿Relación?
Un quinto diputado, de formación soviética, me acusó de todo lo profano y lo divino, y de tener planes secretos para la explotación petrolera y de gas desde 1994, acuerdos aún más secretos con empresas petroleras y políticos nicaragüenses y todo ello para utilizar el área actualmente invadida por los militares nicaragüenses en la costarricense Isla Portillos (Acta Nº 41 de 31-7-2013). Además de su errada imaginación, tampoco existe relación alguna con el tema de la refinería.
Un sexto diputado hizo suya la misma teoría de la conspiración geopolítica y simplemente agregó denuncias contra el pasado y el futuro del PLN. Ambos concluyeron que por todo eso se me debía censurar por la refinería (Acta Nº 41 de 31-7-2013). Sigo buscando la relación.
Un séptimo diputado decidió que, al final, todo está ligado con la discusión del gas licuado de petróleo. Él coincide con la posición del MINAE sobre llenado universal, explicó y atacó la de uno de los diputados promotores de la censura, pero luego dio un giro total y concluyó: “Por eso apoyo la censura contra el ministro” (Acta Nº 42 de 1-8-2013). Tampoco existe relación.
Costa Rica merece que todos aportemos nuestro granito de arena y un mayor nivel en la discusión política. Si todos nos vamos para la casa ante los abusos típicos de la democracia: politiquería, abusos de los reglamentos y procedimientos parlamentarios, o la llana tontería… ¿en manos de quién quedaría el Gobierno de la República?
Estoy convencido de que hay que seguir y ser un ciudadano honrado, participativo y equilibrado. De otra forma, los pesimistas le robarán la alegría a la nación, los vagabundos la paralizarán, los egoístas la harán más desigual y los corruptos (a quienes su nombre y honra no les preocupa) terminarán dominando las instituciones del Estado y la prensa.
Basta volver la mirada a nuestra región latinoamericana para no bajar la guardia.