En una emotiva ceremonia en Washington, el miércoles pasado, la Cámara de Representantes y el Senado de los Estados Unidos presentaron de manera póstuma la Medalla de Oro del Congreso al rabino Menajem Mendel Schneerson, conforme expresa la resolución, "uno de los más influyentes líderes espirituales no solo del judaísmo sino del mundo entero". El evento coincidió con el primer aniversario del fallecimiento del Rabino, quien por más de cuarenta años encabezó el movimiento jasídico Jabad Lubavitch, heredero de la tradición iniciada en el siglo XVIII por el célebre místico Baal Shem Tov.
La ley que en octubre último otorgó la condecoración fue patrocinada por los dirigentes demócratas y republicanos y obtuvo el voto unánime de las dos bancadas en ambas cámaras, inusual en la historia parlamentaria norteamericana. En homenaje al Rebe (rabino en yidish, la lengua de los judíos de Europa Oriental), como se le conoció, la invocación inaugural del Capitolio estuvo a cargo del Rabino Jefe de Israel, Yisrael Meir Lau, con la presencia de los Rabinos Jefes de Australia, Francia, Gran Bretaña, Italia, Marruecos, Rusia y Suráfrica, así como del rabino israelí Adin Steinsaltz, discípulo de Schneerson y reconocida autoridad talmúdica. Un acto en la Casa Blanca marcará el mes próximo la promulgación oficial de la Medalla.
En la sesión del miércoles, el Presidente del Congreso, Newt Gingrich, exaltó la trayectoria del rabino Schneerson, líder que propugnó moralidad, decencia, educación, caridad y paz y, sobre todo, vivió de acuerdo con esos principios. Señaló cómo, a diferencia de los bien remunerados cabilderos en lujosos atuendos que suelen promover en el Capitolio prebendas para enriquecer a sus clientes, los emisarios del Rebe solo formulan peticiones para favorecer a los más necesitados. Asimismo, elogió la extraordinaria labor educativa, el rescate de jóvenes del abismo de las drogas y, en general, el auxilio social desplegado en todo el orbe por el movimiento Jabad.
A continuación, John Lewis, congresista afroamericano de Georgia y subjefe de la bancada demócrata, subrayó la concordancia del pensamiento de Schneerson con el de su mentor, el reverendo Martin Luther King Jr. También recordó que durante unos disturbios étnicos en Nueva York, el Rebe le dijo: "Todos somos hijos del mismo Dios." El gobierno de Israel se sumó al homenaje. Y el Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, presidido por el congresista Benjamin Gilman, realizó una actividad especial en la sede de la OEA con participación del cuerpo diplomático y a la cual asistió la embajadora costarricense Sonia Picado.
La Medalla de Oro del Congreso fue instituida en 1776 para honrar a George Washington. Desde entonces, solo ha sido concedida un centenar de veces. Esta es la primera ocasión que se autoriza en forma póstuma y para una figura religiosa. Elie Wiesel, sobreviviente del Holocausto y Premio Nobel de la Paz, en un conmovedor discurso dijo: "El Rebe no necesitaba honores; él honraba. Tampoco necesitaba esta Medalla que, en realidad, enaltece al pueblo norteamericano por demostrar su gratitud y admiración a un gigante espiritual que tanto hizo por la humanidad." Amigo cercano del Rebe durante mucho tiempo, Wiesel evocó emocionado la luz que Schneerson significó en las tinieblas del Holocausto y su tenaz lucha para hacer florecer la fe hebrea después de aquella tragedia sin nombre.
Por su parte, el senador demócrata Joseph Lieberman, judío observante quien además preside el Consejo de Liderazgo Demócrata --Bill Clinton lo precedió en dicho cargo--, dio testimonio de su relación personal con el Rabino y la influencia que ese singular individuo de mirada profunda tuvo en el rumbo de su vida. Y el virtuoso violinista Itzhjak Perlman interpretó algunas melodías predilectas del Rebe, bella ofrenda en memoria de su guía espiritual.
Nacido en Rusia en 1902, el rabino Schneerson fue considerado un niño prodigio. Muy joven debió escapar de la represión estalinista y realizó estudios de matemática y ciencias en las universidades de Berlín y la Sorbona hasta 1941, cuando huyó del nazismo.
Emigró a Estados Unidos y, en 1950, ascendió a la dirección del movimiento Jabad, basado en Nueva York, al cual imprimió dimensiones globales. Gracias a él, más de 2.000 instituciones educativas, clínicas de rehabilitación y organismos de asistencia social benefician hoy a millones de seres en cuarenta países sin distingo de afiliación religiosa. Refiriéndose a los miles de enviados de Jabad esparcidos por remotos puntos del orbe, alguien afirmó que el Rebe comandaba el ejército judío más grande fuera de Israel.
Precisamente, esta labor mereció el reconocimiento de cada Presidente estadounidense comenzando con Richard Nixon. En su honor, y con motivo de cumplir el Rabino 75 años de edad, Jimmy Carter proclamó 1977 el Año de la Educación. Pocos meses después, el Congreso declaró el natalicio del Rebe, 18 de abril, Día de la Educación y así se ha venido conmemorando sin interrupción. Ronald Reagan aclamó al rabino Schneerson como "un modelo luminoso para todas las creencias religiosas. Su obra es un recordatorio permanente de que el conocimiento no es una meta digna a menos de que vaya acompañado de sabiduría moral y espiritual." Y el presidente Clinton recientemente declaró: "El Rebe entendió muy bien la importancia de nutrir el corazón además de la mente. A través de su larga y provechosa existencia, insistió en que la educación de nuestros jóvenes solo sería exitosa si lograba desarrollar el carácter parejo al intelecto, si enseñaba no solo idiomas, matemática y ciencias sino también honestidad, tolerancia y civismo."
El rabino Lau, al concluir el evento, encomió la obra del Rebe en Israel. Profundo sionista, escogió vivir en Estados Unidos a fin de fortalecer la identidad religiosa de la mayor comunidad judía del mundo. Lau recapituló sus numerosos encuentros con el venerado maestro, incluyendo uno inicial en el cual, siendo todavía muy joven, vaticinó su designación como Rabino Jefe del Estado hebreo. "Este hombre excepcional, erudito como pocos en la historia, podía deshacer un glaciar con su mirada. Leyenda de nuestro tiempo, y ejemplo de humildad y de entrega filantrópica, su grandeza honra a la humanidad y su espíritu nos ilumina a todos."