Hace 2 años, a pocos días de haber ocurrido el accidente del puente sobre el río Tárcoles en Turrubares, escribí un artículo que publicó La Nación. En ese artículo propuse la hipótesis de que el colapso se debió a la reventadura de los cables, no por falta de mantenimiento ni por exceso de peso del bus que finamente cayó al río, sino más bien por un evento extraordinario que causó un camión al golpear el puente.
Ahora, teniendo a mano una presentación que hizo la ingeniera María Ramírez ante el CFIA el dia 13 de octubre del presente año, y el informe de Lanamme (LM-AT-253B-09), se confirma la hipótesis planteada.
Carencia del informe de Lanamme. El informe de Lanamme dice que el puente se cayó por falta de mantenimiento, por corrosión. Se cayó solito, de viejo. No toma en cuenta el hecho de que un vehículo pesado había tratado de pasar el puente en sentido Orotina Turrubares y, al encontrarse el arco que impedía el paso de vehículos muy pesados, echó para atrás, como se observó en un video que fue difundido en Internet.
Con respecto a la falta de mantenimiento, el informe de Lanamme no dice nada sobre los trabajos intensivos que se realizaron en ese puente en enero del año 2005, cuando se cambiaron los cables, se cambió el piso y se hizo un reforzamiento de los bastiones. Ese trabajo lo realizó la empresa Hernán Solís.
Tampoco dice nada de la intervención que el Organismo de Inspección de la zona, en enero del año 2009, en donde se cambió nuevamente el piso y se hizo una revisión general del puente, socando tornillos y dándole mantenimiento a las péndolas, que son los cables que unen el piso con los cables principales. Tampoco en ese informe se dice algo del estado de las péndolas. No se hace una medida del cable para ver si la reventadura estaba precisamente sobre el soporte, encima de las torres.
Sí es cierto que el MOPT conocía las quejas que se daban sobre ese puente, pero tenía un informe del ingeniero del Organismo de Inspección encargado de la zona que afirmaba que, estructuralmente, el puente estaba bien y que el piso estaba en condiciones aceptables. Pero el puente requería su reemplazo, y la Ministra ya había ordenado el diseño de un puente nuevo, obra que no se había podido comenzar por problemas de derecho de vía.
Siguiendo con el análisis del informe del Lanname, se hace mención de que en el laboratorio de ellos se reventó un hilo de los que forman los torones (el cable tenía 7 torones, cada uno con 19 hilos, para un total de 133 hilos). El hilo de prueba se reventó cuando la carga fue de 1,6 toneladas. Lo anterior presupone que un solo cable (existen dos cables en el puente) para reventarse aguantaría 133 x 1.6> 213 toneladas. Entonces, ¿cómo es posible que un bus con pasajeros, que solo pesa 10 toneladas, fuera el que reventó el cable?
Desde luego, hay que explicar que la carga que se aplica en un puente colgante se multiplica por un factor para poder calcular la tensión en los cables. Ese factor depende del ángulo que forma el cable con las torres o soportes. En este caso, el ángulo era de 17 grados y el factor de multiplicación resulta de 3,3. Si las torres hubieran sido más altas, el factor de multiplicación hubiera sido menor. Esto quiere decir que el autobús, con todos sus pasajeros, apenas generarían una tensión en los cables de 3,3 x 20 > 33 toneladas. La tensión máxima ocurre cuando el autobús está muy cerca de las torres, pero como son dos cables a tensión, sería solamente la mitad, esto es, 17 toneladas.
Al peso del bus hay que agregarle el peso mismo del puente formado por las viguetas, los tablones, las péndolas y el cable mismo. El peso calculado por la ingeniera María Ramírez es de 40 toneladas aproximadamente, lo que incidiría en una tensión, en ambos cables, de 40 x 3,3 >132 toneladas.
Sin embargo, este peso es uniforme, no va variando como ocurre con el bus; por lo tanto, se reparte en los cuatro apoyos del puentes, es decir la tensión en cada cable, debido al peso, es de 132/4> 33 toneladas. Si a la tensión originada por la carga muerta (33 toneladas) se le agrega la tensión de un bus de 10 toneladas, tenemos: 33+ 17 > 50 toneladas sobre un máximo posible de 213 toneladas.
Evento extraordinario. No es el peso del bus, ni la falta de mantenimiento, ni aun la imprudencia del chofer del bus al no hacer caso a la señal de máximo peso que existía, lo que ocasionó el desplome, sino un evento extraordinario que ocurrió la noche anterior al accidente, como el peso de un camión en la estructura del puente que reventó varios hilos cerca de las torres del lado de Orotina, dejando el puente en un estado sumamente peligroso. Cuando pasó el bus en la mañana siguiente, al superar la mitad del puente en el sentido Turrubares-Orotina, ya los hilos que quedaban no aguantaron el peso y vino el colapso.
Lo lamentable NO es solo la cantidad de vidas perdidas, sino especialmente que dos años después no queramos saber la verdad de los irresponsables que sobrepesados pasan, golpean y siguen por la vida causando dolor y daño a otros que injustamente se ven afectados.