Las publicaciones en el periódico La Nación del 19 y el 28 de diciembre del 2016, relacionadas con el nombramiento del subgerente de Operaciones del Banhvi y el comportamiento del sector vivienda, me permiten realizar algunas aclaraciones respecto a esos temas, partiendo de una realidad llena de desafíos y oportunidades.
En relación a la nota del 19 de diciembre, indiqué que había gravísimos problemas en la formalización de beneficiarios de vivienda, nada más que en ese aspecto. Insistí varias veces en que había que reforzar el equipo gerencial y que se habían alcanzado muy buenos resultados.
El Sistema Financiero Nacional para la Vivienda (SFNV) es un gran logro de la sociedad costarricense, por lo que hay que conservarlo y mejorarlo. Podemos ver los resultados en numerosos lugares del territorio nacional. Los proyectos de vivienda y las viviendas individuales ya construidas tienen la virtud de mostrarnos su historia.
Como Ministro de Vivienda y Asentamientos Humanos tengo claro muchos desafíos para el Banhvi: mejorar los productos, hacerlo más eficiente y eficaz, mantenerlo como motor de actividad económica y de empleo en todo el territorio nacional y, uno muy personal, lograr que los proyectos de vivienda ayuden a mejorar la calidad de vida en los pueblos y ciudades.
Fondo robusto. El SFNV tiene recursos importantes, aproximadamente ¢100.000 millones, o sea el 1% del presupuesto del Gobierno y otras instituciones. En el 2016 por primera vez en muchos años se ha asignado la casi totalidad de los recursos.
Los gobiernos anteriores entendieron que el Estado no es un buen constructor de viviendas, por lo tanto, les cedió esta responsabilidad a las empresas privadas. Debido a ello, es esencial mejorar las interrelaciones del Estado con dichas empresas.
Los gestores del SFNV nos debemos a todos los costarricenses en la administración, cada vez mejor, de los fondos estatales.
Este es un sistema extremadamente lento en producir resultados concretos a partir de decisiones predominantemente del sector privado. Por lo tanto, lo que ocurrió en los primeros meses de este gobierno dependía mucho de las decisiones tomadas o pospuestas del gobierno anterior. Aun así, los resultados cuantitativos han mejorado significativamente, especialmente en el 2015 y aún más en el 2016.
Estoy convencido de que se ha mejorado la cultura institucional en el Banhvi, con la ayuda del actual equipo gerencial, de la Junta Directiva y de los funcionarios de la institución.
Quisiera insistir en mis posiciones fundamentales: hay que fortalecer al equipo gerencial del Banhvi dándole diversidad profesional de una formación sólida y práctica profesional en ingeniería combinadas con un conocimiento en finanzas fuerte; hay que llegar a las familias más necesitadas y por eso promovimos desde el Mivah la Directriz 54 de escogencia de beneficiarios; hay que mejorar poco a poco el diseño y la localización de los proyectos que se construyen y hay que lograr una mayor innovación que en el pasado.
En este gobierno se ha avanzado, pero aún falta por mejorar. Actualmente, las viviendas son de mucha mejor calidad y la ejecución del Sistema es la más exitosa en muchos años.
Aclaraciones. De las publicaciones de La Nación es erróneo indicar que ando buscando a alguien de mi confianza porque hay desconfianza en el equipo gerencial actual del Banhvi, tampoco he dicho que muchos beneficiarios no cumplen con los requisitos, sino que hay que lograr que escojamos a los que más lo necesiten.
Considero que la gerencia actual ha ayudado a transformar significativamente al Banhvi, pero el ritmo de cambio y los nuevos desafíos abiertos por esas transformaciones exigen una profundización de los esfuerzos.
El Plan Estratégico Institucional elaborado por muchos funcionarios del Banco, incluidos la gerencia y mi persona, se concentró en metas cuantificables y esenciales para lograr un Banco más eficaz y eficiente.
Hay cambios regulatorios importantes ya propuestos, discutidos y aprobados por la Junta Directiva del Banhvi, que representan avances muy importantes para controlar los defectos identificados por la Contraloría General de la República. Sin embargo, se requiere mucho más conocimiento de ingeniería y de proyectos gerenciales para mejorar los proyectos que se le presentan al Banco.
El arte de gestionar exitosamente una institución en esta Costa Rica del siglo XXI consiste en cómo encontrar los aspectos claves que se pueden cambiar significativamente con los instrumentos disponibles.
El tema no es de confianza, es de si las personas que se escogen para avanzar en esa dirección están dispuestas a enfrentar las fuerzas del statu quo .
El autor es ministro de Vivienda.