Resulta inaceptable el argumento de la Dirección Jurídica de la Corte Suprema de Justicia, cuando dice que si un juez no gana una suma muy alta entonces es más propenso a ser corruptible. Es más, toda persona, y en particular si ocupa el alto cargo de juez de la República, debería sentirse ofendido por esta aseveración.
La honradez de las personas, en buena teoría, debe ser un valor por encima de la tentación de recibir retribuciones a partir de fuentes ilegales y corruptas a cambio de favores. Parece que la Dirección Jurídica de la Corte desconfía de la honestidad a carta cabal de los jueces.
Aun si la desconfianza de la Dirección Jurídica tuviera algún asidero, el tope propuesto en el plan fiscal de ¢5,3 millones para los nuevos jerarcas claramente permite una vida digna a toda persona. Para aceptar sobornos en esas condiciones, una persona, no solo debería ser deshonesta, sino también desvergonzada. ¿Es ese el concepto que tiene la Dirección Jurídica de los jueces? ¿O está defendiendo su propio salario?
La consulta que debe responder la Corte Suprema de Justicia es si el plan fiscal afecta la organización o funcionamiento del Poder Judicial, según lo indica el articulo 167 de nuestra Constitución Política.
Se entiende como organización la forma como están relacionadas unas con otras las diferentes funciones sustantivas y de apoyo, es decir, el organigrama y los atestados que debe tener cada persona.
Esto no tiene nada que ver con las retribuciones salariales. Tampoco afecta el funcionamiento del Poder Judicial porque los topes salariales son bastante altos y, como ya dijimos, un juez honrado actuará igual con tope salarial o sin él. Es cuestión de valores.
LEA MÁS: ¿Por qué personas tontas se creen inteligentes?
Ejemplo del TSE. Siempre hablando de valores, la Corte haría bien en seguir el ejemplo del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) y reconocer que, al ser los magistrados directamente afectados salarialmente por la reforma fiscal, para evitar caer en un conflicto de intereses deben abstenerse de emitir criterio, en apego al principio de probidad.
Una sugerencia respetuosa: ante las aseveraciones claramente ofensivas de la Dirección Jurídica, poniendo en tela de juicio su honorabilidad, los jueces deben solicitar la renuncia a esos funcionarios porque han probado no ser dignos de trabajar en el Poder Judicial.