“En primer lugar, lamentamos que, a partir de este estudio, se haya establecido esta conclusión, usando información sobre los precios publicados en nuestros informes trimestrales “Seguimiento del mercado del arroz” (“Rice Market Monitor”). En realidad, es imposible derivar tal conclusión a partir del cuadro sobre los precios locales que aparece en nuestros informes (…)”.
Así se expresa el representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación (FAO) en Costa Rica, José Emilio Suadi, en respuesta a la consulta de la Corporación Arrocera Nacional (Conarroz), referente a las publicaciones lideradas por La Nación , que aseguró: “El precio del arroz al consumidor en Costa Rica es el sétimo más alto del mundo, reveló un sondeo hecho por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)” (pág. 32 A, edición del pasado lunes 5 de mayo).
Y agrega : “Los precios indicados no son comparables: algunos corresponden a precios al consumidor, otros al por mayor. Tampoco los arroces son comparables, ya que no se hace una distinción entre tipos de arroz (aromático, de grano largo o redondo) ni en las calidades (dependiente principalmente del porcentaje de quebrados)”.
En el informe de abril del 2014, este registra información estadística sobre la actividad arrocera costarricense. Además, muestra en la página 20 un cuadro de datos de 55 países de diferentes regiones del mundo, con un historial de precios entre el 2007 y el 2014. A la vez, da una referencia del precio en $/kg, con la respectiva fecha de monitoreo y de los precios de los últimos tres meses, del último año y de los últimos dos años.
Al pie de la página 20, la FAO advierte, como medida a malas interpretaciones, lo siguiente: “Por favor, tenga en cuenta que los precios mostrados son comparables en el tiempo, pero no entre países, ya que pueden estar referidos a diferentes etapas de la cadena de comercialización (ej., comparación de precios de venta al por menor vs precios al por mayor), o diferentes tipos de arroz (ej., aromáticos vs no aromáticos), o diferentes calidades de arroz (ej., quebrados vs con 5% de grano quebrado)”.
La Nación hace caso omiso a la advertencia de la FAO y compara los precios entre esos 55 países, y lanza, el lunes 5 y martes 6 de mayo pasados, publicaciones tendenciosas, incorrectas e inexactas. El lunes publica sensacionalistamente: “Precio del arroz aquí es el 7.º más caro del mundo”, y, el martes, editorializa: “Un impuesto regresivo”.
Por respeto a la opinión pública, a esa a la que buscó persuadir con su discurso impreciso, La Nación , fiel a los principios de sus fundadores, debería rectificar y aclarar que los precios de referencia presentados por el informe de la FAO no corresponden a un producto único de características idénticas, sino a diferentes tipos o clases de arroz, que registran o poseen características de producto muy disímiles entre sí, tanto en grado de calidad, precios de mercado, tipos de grano y usos del producto, que imposibilitan justamente un análisis comparativo de precios. Errar es de humanos y rectificar también.
En Costa Rica, el arroz 80/20, que es el regulado por el Gobierno, y el que consumen la mayoría de los costarricenses, es el único producto que en los últimos 36 meses no ha subido de precio. Al contrario, en mayo del 2013 bajó de ¢691 a ¢657 por kilo. La Nación malinterpretó el estudio de la FAO que analiza una calidad superior (90/10) y no el arroz regulado.
El sector arrocero alerta a los consumidores de arroz y a la opinión pública que estas publicaciones no son más que un nuevo eslabón de esa cadena persecutoria que La Nación ha mantenido en contra del sector arrocero nacional. En el 2012 nos ubicaron tercero; en el 2013, cuarto y ahora, en el 2014, sétimo. Vamos mejorando al ojo de La Nación , debería reconocernos esa mejoría.
También alertamos sobre que, en su desesperación por que se libere el precio del arroz en el país, usando artimañas como hacerle creer a los consumidores de arroz que están comprando un producto caro, y, de paso, meterle presión a un nuevo Gobierno, que defenderá la producción nacional, se apoyan en el informe del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica, que la Conarroz vetó por estar viciado de conclusiones erróneas.
También se apoyan en el criterio de una ministra de Agricultura y Ganadería –hoy exministra–, que en los cuatro años de su gestión lo que menos hizo fue defender al sector, al dejar que los hilos de su función se manejaran desde los ministerios de Comercio Exterior y de Economía.
Hoy, ante la llegada de un nuevo Gobierno que ha anunciado su lucha por la defensa de la producción nacional, La Nación , un abanderado del capitalismo, tiende a confundir a los consumidores de arroz en cuanto a que el precio que pagan es uno de los más caros del mundo. Miente, miente…