La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) fue creada en 1961 por los países más desarrollados alrededor de una agenda política de cooperación, con el objetivo de mejorar prácticas gubernamentales para promover el bienestar de la población.
Con la perspectiva del desarrollo global, el organismo analiza y publica informes sobre el crecimiento de los países, donde se analizan los cambios en la economía y se examinan las naciones con más crecimiento que el promedio de sus miembros a fin de determinar las causas de esas mejoras.
La comparación sirve para precisar qué cambios deben efectuar los países miembros y cuál es la importancia y responsabilidad grupal y global de las economías.
Reformas cruciales. Para Costa Rica, recién admitida, y los demás países del foro, el reto requirió modificar legislación y prácticas para aprobar políticas públicas tendentes hacia la cohesión social, la competencia, la productividad y la protección ambiental.
La cohesión social solo es posible generarla mediante una mejor distribución del ingreso; una elevada desigualdad social no solo es intrínsecamente injusta, sino también económicamente ineficiente, y social y políticamente insostenible y peligrosa.
Como Costa Rica no posee materias primas, apuesta por el comercio internacional y la inversión extranjera directa (IED), y compite por captar nuevas inversiones para desarrollo de infraestructura, capital humano, control de calidad, facilitación del comercio, etc. Además, para ser más competitiva requiere mejorar la productividad interna y los mecanismos de comercialización.
Solo así el país será capaz de contender con los emergentes, como Singapur y Tailandia, cuya capacidad tecnológica es enorme, o con China y la India, poseedoras de una gran cantidad de mano de obra y condiciones salariales muy diferentes.
La política de productividad debe considerar el acceso a materias primas, proveedores en la cadena mundial de valor, cohesión social, estrategias y buena gobernanza.
Observatorio. En esencia, parte del trabajo de la OCDE se trata de observar los cambios necesarios en los países y aconsejar cuál y cómo debe ser el diseño de las políticas públicas para que estas sean inclusivas, generadoras de riqueza, anticorrupción y contra las tensiones sociales.
Es de enorme valor que los miembros de la OCDE compartan sus experiencias en aras de brindarse ayuda mutua, y Costa Rica puede aportar su experiencia en la protección del medioambiente y salud, además de los esfuerzos realizados para legislar en contra de la evasión fiscal, legitimación de capitales y la aprobación de acuerdos de intercambio de información tributaria.
Compartimos con los países miembros valores, una democracia estable y una economía abierta.
Cuando el país inició el proceso de adhesión a la OCDE, debió cumplir una serie de requisitos: la adaptación de legislación, el trabajo descentralizado, la lucha contra la corrupción, la defensa de la salud, la protección del medioambiente, la lucha contra la pobreza, etc.
Si bien es cierto que hacer ajustes fiscales no era una condición para ingresar, el país es consciente de la necesidad de mejorar sus finanzas públicas para alcanzar niveles más altos de desarrollo.
El ritmo del proceso de cumplimiento lo marcó el país, con un absoluto compromiso de lograr el objetivo de convertirse en miembro. Otros países fueron invitados y completaron los requisitos unos tres años antes, como Chile, Eslovenia, Estonia e Israel. Varios aún no terminan.
Progreso para el país. La propuesta de Costa Rica para ingresar al foro se basó en la necesidad de apostar por las mejores prácticas de administración, entre las cuales cabe destacar los esfuerzos de transparencia, cuya continuación hará los mecanismos reales y sostenibles de desarrollo.
Todo lo anterior visto desde la perspectiva de una propuesta con el interés general de mejorar la toma de decisiones contando con la experiencia de países que han superado sus índices de crecimiento sostenible gracias a una adecuada repartición de la riqueza, que debe ser siempre la meta principal.
De ahí que la incorporación de Costa Rica a la OCDE es una valiosa oportunidad para ser más eficientes a través del intercambio de las experiencias exitosas con países practicantes de las gestión en el marco de la transparencia, especialmente en esta época de pandemia y finanzas públicas débiles, pues podremos demostrarnos que trabajando con objetivos claros y mejores prácticas saldremos adelante mucho más fortalecidos.
La autora es presidenta de la Junta Directiva del Banco Nacional.