Foro: Qué se oculta detrás de la acumulación de vacaciones

Mandar a descansar a los funcionarios tiene cuando menos tres propósitos: el descanso, el hallar nuevos líderes durante el reemplazo y determinar si existen prácticas corruptas.

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Un informe de la auditoría del MOPT reveló la acumulación de vacaciones, lo cual es contrario a lo establecido en el artículo 32 del reglamento del Estatuto de Servicio Civil, pues los empleados deben gozar sin interrupción de su periodo de vacaciones y los jefes están en la obligación de autorizarlas y disponer del momento en que deben disfrutarlas.

Deben irse de vacaciones dentro de las 15 semanas siguientes al advenimiento del derecho. Por consiguiente, está prohibida la acumulación de vacaciones, la única excepción es acumular únicamente un periodo, mediante resolución razonada de la máxima autoridad que así lo autorice.

Arrastrar hasta 10 periodos o más es una práctica a toda luz nociva para la salud organizacional y promueve prácticas corruptas. A los jerarcas que estén incumpliendo la normativa debe llamárseles a cuentas.

El espíritu de las vacaciones es que el funcionario disponga de un tiempo que le permita retomar energías y para la organización es sano que sus empleados periódicamente dejen en manos de otro individuo su quehacer, lo cual ayuda a encontrar formas más eficaces de ejecutar una determinada labor, incluso a descubrir nuevos líderes.

Algunos expedientes de gestión de despido han evidenciado que los espacios fuera del cargo por vacaciones resultan un momento propicio para descubrir prácticas corruptas, que de otro modo, no se conocerían.

Aquel individuo que mantiene un proceder ilícito por razones obvias no desea separarse ni un momento de esa fuente de poder. Coincidentemente, entidades internacionales de lucha contra la corrupción recomiendan liberar, también periódicamente, a los funcionarios de sus obligaciones habituales para verificar si existen prácticas inadecuadas e incluso, actos de corrupción.

El evidente negocio ilegal de acumular vacaciones para luego pensionarse subrepticiamente es obligar a que la administración deba pagárselas, lo que a veces equivale a otra cesantía. Para que esto esté sucediendo existe la posibilidad de que haya habido acuerdo entre autoridades y funcionarios, y jefes y subalternos, para dejar pasar el tiempo y acumular días de vacaciones.

El jefe inmediato u autoridad correspondiente debe responder por los gastos en que por su desidia irresponsabilidad o contubernio hizo incurrir a la institución. Son también responsables las oficinas de recursos humanos si no han dado la respectiva alerta o, peor aún, si son parte del mal ejemplo.

Me parecen estrafalarios los argumentos de algunos “superhéroes” quienes alegan ser insustituibles y por ello no toman vacaciones, lo cual a menudo resulta falso: las toman, pero no las reportan.

Es bueno recordar que de indispensables están saturados los cementerios y todos los subalternos no pueden ser unos inútiles y que un papel vital del jefe es preparar su propia sucesión, la cual suele acaecer intempestivamente.

josejoaquinarguedas@gmail.com

El autor fue director general de Servicio Civil.