El desarrollo del país va a pasito lento, aunque existen condiciones para más. Hasta el momento, las medidas de reactivación reflejan un escenario pasivo y acotado de la economía, lo que equivale a dejar que las cosas sigan igual sin hacer algo significativo por mejorarlas.
El bajo crecimiento que experimenta la producción obliga a idear formas sobre cómo superar las fronteras actuales aumentando el potencial productivo para alcanzar objetivos más ambiciosos, que nos permita salir de la trampa del ingreso per cápita medio y disminuir los niveles de pobreza y desempleo.
Hay acuerdo general en que en todos los países el proceso de crecimiento y acumulación de capital están estrechamente ligados. El ahorro y la inversión están en el corazón del proceso, sobre todo cuando se acompañan de innovaciones tecnológicas, mayor productividad y una fuerza de trabajo orientada a una capacitación en función de las exigencias del mercado.
Normalmente, cuanto mayor sea la tasa de ahorro, más será la inversión, el acervo de capital y, por tanto, la producción futura.
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Recomendación de organismos internacionales. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe y el Banco Interamericano de Desarrollo estiman que, para disminuir el desempleo y la pobreza (hoy en un 24 % y un 21 % en nuestro país), se requieren crecimientos anuales superiores al 5 % y tasas de inversión entre el 26 % y el 28 % del PIB.
Estamos lejos de alcanzar esos parámetros. En el último quinquenio, antes de la pandemia, el crecimiento económico medio fue del 3,2 % y la inversión promedió un 18 % del PIB.
Con crecimientos de alrededor del 3 %, tomará 23 años duplicar el ingreso medio per cápita de hoy. Si creciéramos a tasas del 5 %, podríamos duplicar el ingreso medio en 14 años. Es hora de escoger el camino, vale la pena hacer el esfuerzo.
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Para ser sostenible en el tiempo, la inversión necesita un financiamiento a largo plazo, precisamente el que se asocia con el ahorro nacional, la fuente más confiable para romper el círculo vicioso de pobreza y subdesarrollo.
La clave es crear un círculo virtuoso en el que más ahorro genere más fondos prestables y sistemas financieros más profundos y eficientes. Convertir el ahorro en una política de Estado es un paso necesario para un mayor desarrollo económico. Por ello, la información del ahorro debiera recibir más atención en la programación macroeconómica.
Fuentes. Algunas medidas para generar fuentes adicionales de ahorro son:
1. Optimización de la intermediación financiera entre ahorro e inversión para acercarnos al desempeño de los sistemas bancarios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
2. Rufuerzo de la cultura de ahorro desde temprana edad para prevenir la disociación entre presente y futuro, y enfatizando en el hábito de ahorro para el retiro.
3. Desarrollo de productos para el ahorro a la medida de las necesidades de clientes potenciales, en especial del sector informal. No es cierto que los hogares de bajos ingresos no pueden ahorrar.
4. Robustecimiento de los programas de generación de empleo y mejoras de la productividad. Ello aumenta el ingreso y el ahorro.
5. Solucionar el desequilibrio fiscal en forma definitiva, pues constituye un lastre para el ahorro, al estar la composición del gasto público más orientada a gasto corriente (consumo) que a inversión pública (ahorro). La evasión, elusión y exoneración de impuestos reduce los ingresos tributarios y distorsiona los incentivos de las personas que cumplen en relación con las que no.
6. Aprobación de reformas para que el gasto público sea más eficiente y pueda liberar recursos para el ahorro. El sector público tiende a ser improductivo porque los aumentos de salarios no necesariamente están ligados al desempeño.
7. Eliminar los monopolios públicos, como electricidad y combustibles, que encarecen los productos y sustraen recursos que de otra manera podrían destinarse al ahorro.
8. Fomentar proyectos de inversión pública mediante convenios de concesión de obra con empresas privadas.
9. Inversionistas institucionales, como los fondos de pensiones, debieran colocar sus recursos en proyectos de infraestructura real, no en compra de papeles.
10. Relanzamiento de la apertura externa en productos y mercados. Esto generará más ingresos y economía de recursos e, incluso, la posibilidad de incrementar la inversión extranjera directa para evitar más endeudamiento.
El autor es economista.