Chacarita no necesita policías ni grupos policiales armados hasta los dientes, como Rambo, sino opciones laborales, que nuestros muchachos reciban educación técnico-académica y tengan acceso a laboratorios de tecnologías de información y comunicación y al aprendizaje de otros idiomas.
La mejor opción es educarlos para la industria 4.0, crear empleos en áreas tecnológicas y dejar de lado la pesca y el turismo.
Quienes sean elegidos diputados y presidente ojalá también ofrezcan a Chacarita soluciones educativas y laborales. Las noticias en la sección de sucesos alusivas a Chacarita de Puntarenas son impactantes.
Chacarita, mi querida Chacarita, porque quien escribe es chacariteño, así como las leyendas del Municipal Puntarenas Alfredo el Diablo Contreras y Pedro Leal.
Hijo de la parada numero 1, crecí y jugué en las calles de Fray Casiano. En aquellos años, el único peligro al cual nos enfrentábamos los niños era que un vehículo nos levantara y fuéramos a dar, malheridos, a la clínica o al hospital.
Con Pedro Leal jugábamos bola, con marquitos de madera mal hechos, pero en nuestra imaginación eran los del Bernabéu; las calles, nuestro estadio; y los vecinos, nuestro público. Nos quitaban el balón, muchas veces, y nunca nos lo devolvían con el argumento de que las calles no eran para jugar bola.
Éramos niños y jóvenes cuyo único anhelo era jugar a la pelota, inspirados en nuestros ídolos Vicente Rosella, Adrián Mahía o Walter Paté Centeno. Esos niños crecimos y migramos a otras latitudes.
Visita rápida. En el 2018, después de largos años de no ir a Fray Casiano, o Camboya —como hay quienes le dicen al barrio—, la visita no fue amena, el olor a marihuana, la venta de drogas a vista de todos y los jóvenes en las esquinas transmutaron el paseo en algo muy deprimente.
¿Por qué cambió tanto? Fue mi primer pensamiento; el segundo, mejor me voy para que no me asalten. ¿Será culpa del gobierno, de Netflix y sus narcoseries? ¿Será culpa del desempleo o una mezcla de todo?
De camino a San José, pensé: qué curioso, de Chacarita han salido dos diputados; uno por el frente amplio, Carlos Hernández (2014-2018), y el otro, eterno candidato presidencial, Otto Claudio Guevara Guth (1998-2002 y 2014-2018).
Es obvio que los dos conocen Fray Casiano, el barrio Veinte de Noviembre y el Chagüite, ¡claro que los recorrieron durante sus campañas electorales! A estas alturas, de los tres poderes del Estado, el Judicial es el único que no olvida Chacarita.
Que la próxima noticia sea «¡Chacarita es la Silicon Valley de Costa Rica!».
El autor es empresario.