El 3 de marzo se llevó a cabo el foro ciudadano Centroamérica: amenazas y oportunidades compartidas; un destino común, organizado por la Fundación Libertad y Desarrollo, en Guatemala.
El debate y la declaración final dejaron clara la pertinencia de seguir adelante con la integración económica mediante una Comunidad Económica de Centroamérica, concepto congruente con el Protocolo a la Carta de la Organización de Estados Centroamericanos (Odeca), que en 1991 creó el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
Unión posible. Antes de evaluar los resultados de la ocasión, es pertinente plantear el porqué de la integración, hasta dónde puede llegar y por qué —por lo menos en lo económico— es el camino para países vecinos y pequeños como los nuestros; de otra forma, no es posible enfrentar los desafíos permanentes, aprovechar las oportunidades que la cambiante realidad presenta, ni tener peso consistente en la agenda internacional.
El valioso encuentro —aunque no repercutió en Costa Rica como hubiera deseado— se enfocó en la idea de una Comunidad Económica Centroamericana (CEC). Cabe señalar que no es factible pensar en una integración política a corto o mediano plazo, como tampoco a largo plazo. ¿Cuál es la integración posible?
Ampliar enfoque. La idea de la CEC debe ampliarse más allá del libre comercio, en el que actualmente se centra la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (Sieca) y los Gobiernos.
Es necesario pensar y planear en grande: en encadenamientos productivos y comercializadores de los bienes y servicios que se generen o que requerirán como insumos productivos o para consumo final, en el reconocimiento común de títulos universitarios, etc.
Debe contemplarse el desarrollo tecnológico compartido regionalmente en su generación y aplicación. La idea de que la competencia somos nosotros mismos es útil en el contexto del Mercomún, pero no para el mercado mundial, donde están las posibilidades de generar los recursos para un progreso sostenido, sin que “nadie se quede atrás”, como se estableció en el Popol Vuh.
Se trata un poco de volver a las ideas integracionistas de la década de los sesenta, pero con un marco mucho más amplio, acorde con los tiempos actuales y el futuro y con un enorme sentido social y de sostenibilidad integral.
Una CEC atraerá los sectores no económicos, pues, en la vida práctica, la integración implica interacción entre los componentes que la conforman.
Oportunidad. El proceso es sistémico y, por ende, del resorte del SICA, con la Secretaría General como ente coordinador por excelencia. Así lo planteó la Comisión Presidencial Preparatoria del SICA en 1991, de la que formé parte como representante de la sociedad civil. Visión holística por excelencia.
Es hora de que Costa Rica ejerza, a partir de julio del 2021, la Secretaría General del SICA. Costa Rica, como una de las cinco hermanas históricas, debe asumir el desafío con el personal calificado con el que cuenta, capaz de hacer un magnífico papel.
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El autor es ex director general de Política Exterior y exembajador de Costa Rica en El Salvador.