El Foro Económico Mundial enumeró recientemente algunos riesgos mundiales después de la covid-19, considerando aspectos económicos, sociales, geopolíticos, tecnológicos y ambientales.
Entre estos sobresalen una prolongada recesión económica, preocupaciones asociadas a la capacidad de recuperación de las industrias, el desempleo y los problemas en las cadenas de distribución.
Lo anterior, aunado a una “nueva normalidad” cargada de una alta dosis de incertidumbre, lleva a una imperiosa necesidad de acelerar la ejecución de acciones para afrontar las condiciones económicas adversas anunciadas.
El talento humano, la innovación y las telecomunicaciones facilitarán la construcción de eslabones para la economía del conocimiento.
El talento humano deberá reforzarse con modelos de aprendizaje remoto, en ambientes virtuales de elevada especialización en plazos cortos que propicien la innovación, la adaptación y el crecimiento de la oferta de bienes y servicios diferenciados, así como la apertura de nuevos mercados y la consolidación de los existentes con la integración de tecnologías, como ciberseguridad, inteligencia artificial, biotecnología y comunicaciones 5G.
Hay costarricenses con la capacidad suficiente para aumentar significativamente la innovación y continuar el fomento regional para la incubación de ideas, la aceleración de empresas y el financiamiento en las diferentes etapas de creación de emprendimientos. Sin duda, la Promotora de Innovación propuesta en la Asamblea Legislativa ayudaría sustancialmente.
Muestra fehaciente de lo positivo de apostar por el camino del conocimiento son las contribuciones en estos meses en campos como medicina, aeronáutica y microelectrónica.
Complementario a este modelo, corresponde mantenerse en la ruta de consolidación de las telecomunicaciones, como las vías de comunicación digital, con la combinación asertiva de los objetivos de crecimiento, inclusión, innovación, sostenibilidad y asociación propuestos en la agenda Conectar 2030 por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT).
Es preciso continuar facilitando el despliegue de infraestructura, no relegar la disponibilidad de espectro para tecnología 5G y utilizar los recursos de Fonatel con rigor, en plazos de ejecución y para lo objetivos de acceso y disminución de brecha digital constituidos por ley, con la ventaja de no requerir endeudamiento para ello.
En un mundo hiperconectado, la seguridad técnica y jurídica es esencial para las inversiones en telecomunicaciones.
Debemos ser contundentes, no basta la aspiración, es necesario apoyar financieramente a las empresas privadas para estimular la investigación y el desarrollo, así como dotar al Micitt de los recursos y las herramientas para llevar a cabo la tarea, la cual, a pesar de las limitaciones, los funcionarios de la institución llevan adelante.
Utilizando la ciencia, la tecnología y las telecomunicaciones tenemos en nuestras manos una solución realista, al convertir las capacidades intelectuales e innovadoras en herramientas para afrontar los retos históricos que la covid-19 presenta.
El autor es exministro de Ciencia y Tecnología.