No existe otra opción: o nos unimos en un bloque monolítico, robusto y sólido para impedir más contagios de la covid-19, o aumentaremos el número de familias afligidas por la pérdida de un ser querido o por el debilitamiento de su condición socioeconómica.
Hoy, más que nunca, debemos ser solidarios y, sobre todo, responsables de nuestra salud y la de nuestras familias, vecinos, compañeros de trabajo y amigos. Este comportamiento, sin duda, es la mayor expresión de aprecio para los afectos más cercanos.
Necesitamos interiorizar como hábitos y normas de conducta las medidas de protección que, desde el primer trimestre del año, tanto el Ministerio de Salud como la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) difunden por doquier con el fin de enfrentar esta pandemia que ha traído dolor y muerte en el mundo. Vuelvo a recordarlas:
1. Refuerce la higiene en hogares y comercios, y centros de trabajo, recreo y estudio.
2. No falle en el correcto lavado de manos con agua y jabón o, en su defecto, utilice alcohol en gel.
3. Cumpla el protocolo al toser y estornudar, que consiste en no cubrirse la boca y la nariz con las manos, sino con un pañuelo desechable o con el antebrazo.
4. No se toque la nariz, la boca o los ojos con las manos sucias.
5. Sea muy estricto en el distanciamiento social o distancia física de 1,8 metros.
6. Es fundamental no romper las burbujas sociales con las que hemos convivido en los últimos cuatro meses.
7. Deje el apretón de manos, los besos y otras manifestaciones de cariño para cuando la pandemia haya pasado.
8. Asista a sitios públicos con mascarilla o careta, y recuerde lavarse las manos antes de ingresar a instalaciones públicas y privadas.
9. Lávese muy bien las manos al entrar a la casa.
10. Desinfecte todas las superficies posibles.
11. Las mascarillas y las caretas deben convertirse en un atuendo básico que no debemos dejar de usar en este momento.
Necesitamos que en los centros de trabajo, sin excepción, se cumplan los planes de salud ocupacional porque son clave para mantener el empleo y la producción nacional.
No hay vuelta de hoja. Debemos volvernos exigentes para que en todos los hogares, comercios, instituciones y organizaciones nos garanticen la observancia de la totalidad de las medidas preventivas.
La situación del país nos obliga a efectuar este llamado vehemente, pues, como dije hace unos días, es imperativo frenar la velocidad de transmisión y el crecimiento exponencial de casos de covid-19 para poder mantener la capacidad de respuesta de los servicios de salud de la CCSS.
Esta pandemia no podemos controlarla desde los hospitales, sino desde cada hogar, barrio y centro de trabajo o de estudio.
Solo de esta manera evitaremos que más personas enfermen y aseguraremos la atención médica especializada para los afectados.
El autor es gerente médico de la CCSS.