Foro: El Guasón y cómo crear un psicópata

La película da muy buenas razones para entender cómo una persona víctima de un terrible abuso desde su infancia llega desequilibrada y frágil a su adultez.

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Uno de los aspectos que enganchan una película es un argumento convincente. Este es, en mi opinión, el caso de Guasón, cuyo guion es lo más realista que se haya hecho alrededor de este ficticio personaje.

No es una película de acción ni de superhéroes; es una drama psicológico, sociológico y criminológico bien construido. ¿Por qué me parece convincente? Seguidamente, doy algunas razones:

No se puede entender a un psicópata sin contexto y sin historia. No surgen de la nada. La película da muy buenas razones de cómo una persona víctima de un terriblemente abuso desde su infancia llega desequilibrada y frágil a su adultez, lo cual la convierte en presa fácil de una sociedad deshumanizada, violenta, desigual, jerarquizada e insolidaria. No es casualidad que la película salga en la era de Trump. Al contrario, casi es una respuesta a la visión y práctica del maniático presidente.

Lo vivido en la infancia marca más que otras etapas. Por diferentes experiencias de trabajo, he tenido la oportunidad de escuchar y leer cientos de historias de vida de personas vulnerables, marginadas, excluidas o enfermas mentales. Además, por la labor de mi esposa, en derecho penal, he conocido decenas de casos de personas que, en estas mismas condiciones, llegan a delinquir.

Basado en esa información, me parece factible hipotetizar sobre la existencia de una fuerte asociación entre qué tan mal comportamiento muestra una persona y qué tan mal la ha tratado la vida, especialmente en su más tierna infancia y adolescencia porque los daños ocurridos allí dejan una huella muy difícil de borrar.

Un asesino serial no surge de la noche a la mañana, se va fraguando a lo largo de una existencia llena de maltrato, abandono, falta de afecto, experiencias traumáticas y estrés tóxico, entre otras condiciones negativas. En ese sentido, la vida de este Guasón guarda íntimas relaciones con la de muchos psicópatas y criminales reales.

La película me recordó a Monster, protagonizada por Charlize Theron, basada en una historia real de cómo una mujer terriblemente maltratada se transforma en una asesina en serie. Es crucial entender el crimen desde sus causas, no solo desde sus manifestaciones. Guasón puede ayudar a hacerlo con el debido acompañamiento profesional.

Sería interesante organizar cineforos enfocados en cómo surge el comportamiento criminal aprovechando los muchos insumos que da la película. Un grupo de amigos hicimos un pequeño cineforo sobre Moonlight, el cual nos ayudó a profundizar en el rico contenido del filme.

Arthur. La película deja ver que Arthur es atendido periódicamente por una trabajadora social del departamento de salud, quien supervisa su caso y autoriza que le den medicamento psiquiátrico, hasta que un recorte de fondos cierra el programa y Arthur se queda sin atención profesional y sin medicamentos.

La evidencia muestra que una adecuada combinación de atención terapéutica y medicamentos es una de las estrategias más eficaces para manejar el desequilibrio mental, pero, un momento fuerte, de crítica social, es cuando la trabajadora social le dice a Arthur que ni él ni ella le importan al sistema. No en vano Guasón aparece en tiempos de austeridad y recorte del gasto social en Estados Unidos.

El multimillonario y candidato a alcalde Thomas Wayne —padre de Bruce Wayne y supuesto irresponsable padre de Arthur— llama “payasos” a los excluidos. La gente se indigna y se identifica con el payaso que mata a tres yuppies que acosaban a una mujer en el metro.

Este es un aspecto más sociológico de la película, pues plantea una crítica a una sociedad desigual y machista, donde la gente, harta de tanta injusticia, reacciona identificándose con el violento vengador. En una sociedad donde el acoso sexual e irrespeto hacia las mujeres es grande, no es descabellado pensar que mucha gente llegue a simpatizar con un mataacosadores.

La actuación de Joaquin Phoenix es tan convincente que tiendo a pensar que en algunos momentos encontró inspiración dramática en su propia experiencia de vida.

Aceptación social. Si algo deja claro, y nos recuerda la cinta, es que, al final del día, de una forma u otra, todos necesitamos aceptación social, y Arthur sueña, y literalmente alucina, con eso. Se imagina capaz de tener una relación de pareja o que se le reconozca y trate bien en el programa de televisión favorito de su mamá. Pero eso no ocurre, pues la red social de Arthur es muy pobre, no tiene verdaderos amigos, su empleo es precario y lo despiden injustamente.

Su mamá está en una condición muy frágil, todo lo cual es coincidente con muchos casos criminales porque los lazos sociales primarios son muy débiles o distorsionados, y su integración socioeconómica es marginal.

En efecto, Arthur bromea con que no le gustaba ir a la escuela, en una posible alusión a una mala experiencia educativa, que, como sabemos, es un factor determinante de inclusión-exclusión social.

El planteamiento de la película es de un interesantísimo contenido para el análisis y su puesta en escena es de una significativa riqueza psicosocial que, en mi opinión, se puede aprovechar positivamente.

Ojalá así ocurra y no nos quedemos en el puro análisis simplón y superficial de tipo “¿quién es el mejor Guasón?”, cuando, en realidad, ni siquiera son filmes comparables, pues obedecen a géneros muy distintos.

Estamos ante un peliculón para disfrutar, pero también para pensar con un poquito de criticidad en medio de los complicados tiempos que corren.

pablochaverri@yahoo.com

El autor es académico.