Foro: Dos verdades y tres retos

Expresidente José María Figueres se refiere a los reportajes de este medio sobre su reunión con jerarcas estatales.

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A La Nación le contesto con dos verdades y le lanzo tres retos. Pero, además, le digo: deje de asustar con la vaina vacía, ¡porque ya pasamos por donde asustan!

La Nación me vuelve a atacar. Nada nuevo en eso. Mi padre, don Pepe, atacado mil y una veces por La Nación, estará feliz en el cielo. A pesar de mis limitaciones como ser humano, algo bueno estaré haciendo para que La Nación no me vea como de los suyos ni me sienta defendiendo sus causas y, mucho menos, doblegándome ante sus intimidaciones.

El 15 de noviembre publicó en primera página que me reuní con el presidente del Banco Central y con la ministra de Hacienda. Nada nuevo en ese “refrito”, salvo que lo tomemos como otro signo de la decadencia de ese periódico.

Yo mismo di a conocer esa reunión detalladamente aquí, en mi FB, el pasado 9 de noviembre. Sin embargo su publicación se la respondo así. Primero dos verdades.

Primera verdad. ¿Por qué vimos a La Nación azuzar a los diputados para que aprobaran el plan fiscal y ahora la vemos asustarlos para que no aprueben una ley genérica que permitiría, mediante licitación pública, implementar tecnologías que acorralen a los grandes evasores, como hacen exitosamente en otros países?

Pareciera que La Nación estuvo de acuerdo en que le cobren más impuestos a la clase media y a los más necesitados, pero no está de acuerdo en apoyar el uso de tecnologías que paren en raya la evasión de impuestos de los grandes grupos poderosos, como ellos mismos, que ya los evadieron en el pasado (probado).

Segunda verdad. ¿Por qué le pedí una cita al presidente del Banco Central para hablar de la economía nacional, y ya con la presencia de la ministra y el viceministro de Hacienda hablarles del uso de tecnologías para mejorar la recaudación fiscal?

Porque, en primer lugar, me preocupa muchísimo el pésimo estado de la economía nacional. Aunque La Nación quiera ver algo malo en ello, a mí me preocupa: 1. El desempleo más alto de la historia (13 %) que castiga sobre todo a jóvenes y mujeres, mucho más en las áreas rurales y costeras. 2. El que ahora seamos uno de los 10 países más desiguales del mundo. ¡Increíble! 3. El raquítico crecimiento de la economía, menos del 2 %. En el 98 (último año de mi gobierno) crecíamos al 7 %. 4. La pérdida de competitividad nacional: hemos caído del lugar número 34, en 1998, al 62 este año.

Porque, en segundo lugar, la incorporación de la ministra de Hacienda y de su extinto viceministro Nogui Acosta me permitió hablarles a ellos dos acerca de cómo muchos gobiernos en cinco continentes han incrementado su recaudación y reducido la evasión gracias al uso de tecnologías modernas que proveen muchas empresas en el mundo.

¿Debería interesarles eso a los jerarcas de Hacienda? Pienso que sí, aunque a La Nación le incomode, y más le preocupe a los evasores que defiende.

Ahora tres retos a La Nación: 1. Diga la verdad: Encuentren un país en donde estas tecnologías, utilizadas adecuadamente, no hayan generado para el fisco por lo menos varios múltiplos del costo del programa.

2. Publiquen la verdad: ¿Es cierto que Nogui Acosta, como viceministro de Hacienda, le mintió a la comisión legislativa que estudiaba este asunto, inflando en 100 (si, cien) veces el costo de la tecnología para controlar evasores o no? ¿Es delito que un viceministro le mienta, así, a una comisión legislativa? ¿Quería sabotear el proyecto? ¿De qué lado estaba Nogui, a quien “renunciaron” de Hacienda, pero lo pasaron a trabajar al Congreso? ¿Fue un caballo de Troya en el Ministerio de Hacienda?

3. Vayamos a los hechos: si tanto les interesa el tema, los invito a que organicen un foro internacional sobre el uso de tecnologías para reducir la evasión fiscal. Ahí estaré gustoso para presentar mis argumentos.

Señores de La Nación, dejen de asustar con la vaina vacía. Ya pasamos por donde asustan.

El autor es expresidente de la República.