EscucharNo son pocos los costarricenses que, independientemente de su estrato social, son doctores en Crítica: critican cuanto hacen los demás, esté bien o mal.
Hay doctores en Política, en Deporte, en Belleza, en Periodismo... no se salva nadie. En todos los corrillos, se escuchan juzgamientos y ninguno es capaz de reconocer el éxito y las cosas buenas del país.
En este momento, le tocó al presidente afrontarlos y, extrañamente, no he visto a ningún ciudadano defenderlo o, por lo menos, darle un voto de apoyo.
Él ha sido valiente y, por serlo, le ha tocado confrontar a ese gran grupo de costarricenses que se complacen en ver cómo hacen política o ganan puntos por sus habladas, muchas veces sin ningún sentido, pues solo tratan de noquear o sacar del ring a aquel, o a aquellos, que piensan diferente o visualizan un futuro distinto en cualquier campo para Costa Rica.
Ningún costarricense ignora que la situación del país es el resultado acumulado de acciones de muchos gobiernos anteriores, cuyos jerarcas firmaron todas las convenciones colectivas plagadas de pluses para quedar bien con el sector público y los sindicatos que únicamente luchan por sus intereses.
Critican quienes aprobaron empréstitos a largo plazo con fuertes intereses y para ejecutar obras que no se han concretado, pero tenemos años de estar pagando intereses y el dinero disponible permanece congelado por falta de decisiones apropiadas.
Critican los que, en materia de educación, no han querido cambios para adaptarla a un mundo en evolución, donde en Internet usted y cualquier otro encuentra la información necesaria.
Los partidos políticos tienen ideas de hace 50 años, de cuando Costa Rica era una aldea, y siguen aplicándolas ignorando la realidad del mundo moderno y el enfoque que la juventud desea para el país.
En este país, hay gente muy educada y con un gran conocimiento del verdadero origen de nuestros problemas actuales, sé que lo saben y lo entienden, entonces, ¿por qué la actitud pasiva? ¿Por qué no son capaces de plantear esa realidad y ser honestos con ellos mismos y con el resto de la población que traga amarillismo todos los días?
La autora es administradora de empresas.
