Foro: Agroexportadores atados por la burocracia

La obsolescencia de los agroquímicos nos cerrará la puerta a mercados internacionales.

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La agroexportación ha sido uno de los motores más potentes de la economía a lo largo de la historia costarricense, por lo cual la lógica debe dirigir las acciones a apoyarla, incentivarla, actualizarla y agilizar su crecimiento; sin embargo, las trabas burocráticas y políticas lo impiden.

En 12 años, no ha sido posible registrar nuevos agroquímicos, lo que se agravó debido a una acción de inconstitucionalidad interpuesta en julio del 2017 contra el decreto que lo permitía.

Esto deja a Costa Rica en desventaja competitiva al ser nuestra productividad más baja y no poder combatir de manera eficaz las plagas, cuyo daño a las plantaciones ya registran una pérdida de hasta el 20 % de las cosechas.

La Unión Europea avisó que Costa Rica no podrá seguir utilizando algunos agroquímicos de vieja generación a partir del 2020, situación que impedirá el ingreso de nuestros productos agrícolas a ese mercado, nuestro tercer socio comercial y al que durante el 2018 le vendimos $1.304 millones en bananos, piñas y café, principalmente, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procómer).

A su vez, Estados Unidos, nuestro principal comprador, valora un posible cierre de mercado por el aumento en la detección de plagas en diferentes frutas y hortalizas. A este mercado, exportamos el año anterior $1.254 millones en productos frescos.

Los perjudicados. Entre los sectores que se verán más afectados está el bananero, el cual siembra un área de 42.000 hectáreas, da 40.000 empleos directos y 100.000 indirectos. También el piñero, que tiene 40.000 hectáreas cultivadas y genera 28.000 empleos directos y 105.000 indirectos.

Es preocupante considerar que a octubre las exportaciones agrícolas cayeron, en promedio, un 11 %, lo cual significa $271 millones menos en relación con el mismo periodo del año anterior.

Es necesario tomar en cuenta que la agroquímica permite la aplicación de productos como plaguicidas y fertilizantes en actividades agrícolas. Su uso optimiza el rendimiento de las cosechas al dar nutrientes a la tierra, favoreciendo un crecimiento más rápido de las plantas, y a la vez, el exterminio de plagas y enfermedades que afectan los cultivos.

Existen agroquímicos de nueva generación amigables con el ambiente, utilizados en el resto del mundo y la aplicación de la dosis es menor porque han sido mejorados.

Estos agroquímicos se encuentran adaptados a la realidad ambiental, mejoran las cosechas y el combate de las plagas, que, como consecuencia del cambio climático, se han vuelto más agresivas y han desarrollado resistencia a los plaguicidas disponibles en Costa Rica.

La situación reviste especial importancia cuando consideramos que el sector agroexportador es el principal empleador en las zonas rurales.

El papel del Estado. Los exportadores instamos al gobierno para que las instituciones involucradas, cada una en su campo, hagan su parte y surjan resultados con el fin de que se apruebe el uso de nuevas moléculas de agroquímicos para conseguir un mejor aprovechamiento de los suelos y competir internacionalmente.

El Estado debe coadyuvar a evitar más pérdidas a un sector golpeado, además, por el fenómeno de El Niño, dos huelgas nacionales en un año, elevados costos en logística, energía eléctrica, combustible y otros insumos necesarios para asegurar las cosechas.

Para sobreponernos a los números desalentadores y a la amenaza del cierre de mercados, precisamos celeridad en el apoyo institucional, de lo contrario las plagas continuarán afectando nuestros cultivos, perjudicando la productividad y cerrando el acceso a los principales compradores de nuestras frutas y hortalizas.

La autora es exportadora y presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica.