¡Excelentes noticias! Superávit primario a setiembre, un 2,2% del producto interno bruto (PIB); razón deuda/PIB, un 63,1% del PIB, lo que significa 4,9 puntos porcentuales (p. p.) del PIB menos en comparación con el cierre a diciembre del 2021 (un 68% del PIB); el menor déficit financiero en millones de colones de los últimos 10 años (¢750.762 millones, un 1,7% del PIB); y Costa Rica cotiza 107 puntos por debajo del EMBI Latam y 29 puntos por debajo del EMBI global. Es decir, estamos mejor que ambos parámetros.
A estas buenas noticias que nos ha dado Hacienda en el boletín de cifras fiscales del mes de setiembre, debemos agregar que el colón logró ganar más de un 10% de valor frente al dólar desde el punto más alto en lo que va del año hasta el día 7 de noviembre.
En los próximos días deben ingresar $260 millones del acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el 2021, producto de la tercera revisión, que nuevamente se pasó con holgura.
La suma más alta
Con estos números, el gobierno no tendrá ningún problema para conseguir los fondos necesarios y pagar aguinaldos o salario escolar. Tendrá, eso sí, que raspar un poco la olla para obtener los $1.000 millones y pagar la emisión de eurobonos de enero, pero podrá hacerlo sin mayor drama.
Y, entonces, ¿para qué los eurobonos? Parte de la información para dar respuesta, la encontramos en el mismo boletín, en la página 1, donde se indica: “…el pago de intereses de la deuda alcanzó ¢1.753.627 millones (un 3,9% del PIB), la suma más alta de los últimos 17 años”.
Pero los eurobonos son, sobre todo, importantes para cumplir con los objetivos establecidos en la Estrategia de deuda de mediano plazo (EDMP), definida por el Ministerio de Hacienda con el apoyo técnico del FMI, y que podríamos resumir como: a) Mantener el servicio de la deuda sin precisar una corrección excesiva de los ingresos futuros; b) alcanzar un equilibrio entre el costo y el riesgo para la cartera de deuda; y c) contribuir al equilibrio macroeconómico y la sostenibilidad de la deuda como parte de una estrategia congruente con la situación financiera del país y las fuentes de financiamiento disponibles para Costa Rica.
Contar con la aprobación de eurobonos por $6.000 millones divididos en cuatro emisiones de $1.500 millones cada una para los siguiente cuatro años (incluso una para el gobierno que comenzará en el 2026) le permitirá al Ministerio de Hacienda gestionar de mejor manera el riesgo del financiamiento, y así poder concentrarse en la formación de una adecuada curva de rendimiento para los bonos públicos, lo cual es del interés de todos los costarricenses.
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Menos pago de intereses
Los eurobonos no implican mayor endeudamiento para el país, recordemos que el endeudamiento total se aprueba anualmente junto con el presupuesto ordinario. Por eso, los eurobonos solo significan un menor pago de intereses, no solo porque en el exterior es posible conseguir mejores tasas de interés, sino también porque Hacienda podrá ser más selectiva en las ofertas que toma en la subasta local.
El país necesita el empujón de los eurobonos porque ya está saliendo de la cuesta embarrialada en la que estaba. Ha sido un duro proceso de varios años, y no es el momento para estancarnos, hay que seguir.
La Hacienda pública es de todos los costarricenses, y está muy claro que su buena o mala gestión afecta a la totalidad de los ciudadanos. Poner en práctica los principios de responsabilidad fiscal que se establecieron con la promulgación de la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas en el 2018 implica acciones más allá de meros equilibrios financieros; requiere acciones ejecutivas y legislativas adecuadas.
Tomar decisiones fiscales pensando en qué es mejor para un determinado partido político solo determina la mezquindad de miras y la escasa estatura política de quienes así lo hagan.
Tampoco es tiempo de agoreros, no es momento para vender miedo, cuando lo que tenemos enfrente es un futuro lleno de esperanza en conseguir la estabilidad fiscal y económica de Costa Rica, lo cual nos permitirá concentrarnos como país en mejorar la calidad de vida de nuestros conciudadanos.
El autor es exministro de Hacienda.
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