Ella es joven y tiene una melena rubia y desenfadada. Sus rizos brillan a contraluz. Es evidente que se trata de una mujer atractiva y carga un estuche color negro que sin duda alberga dentro un violonchelo. Soy testigo de excepción de esta escena mañanera en las inmediaciones de San Pedro, en San José.
Un par de hombres le dijeron algo que no escuché, yo manejaba rumbo a mi trabajo y observé que la cara de la muchacha cambió de color. Estaba indignada e increpó con decisión a los que la habían incomodado.
Ellos se acercaron a ella evidenciando un lenguaje corporal intimidatorio. Entonces, dos conductores nos bajamos y flanqueamos, sin acuerdo previo, a los agresores.
No hubo violencia física, retrocedieron. Le pregunté a uno de ellos por el nombre de su hija o hermana, que podría tener una edad similar a la muchacha que carga el violonchelo. El sujeto me miró desconcertado, pero dijo un nombre propio femenino.
Le pregunté, entonces, qué sentiría él si a su pariente alguien le dijera en la calle lo que él acaba de proferirle a la muchacha del violonchelo (debo agregar que en ese momento ignoraba el contenido de la ofensa). El acompañante le urgió para que se retiraran del lugar y el primer hombre, a quien le dirigí la pregunta, simplemente se desmoronó verbalmente y optó por una retirada desordenada.
Cambios colectivos. Lo narrado es reciente, agradezco al señor que se bajó del otro vehículo para apoyar la situación, lo que generó una serie de pitazos e improperios de los demás conductores en la vía.
Los japoneses creen en una filosofía, que los pequeños cambios colectivos empiezan con el mejoramiento de las actitudes individuales. Admiro la entereza con que la muchacha se defendió, pero me da tristeza que esos gamberros estuvieran a punto de utilizar su superioridad numérica y amago machista para amedrentar a la joven música.
No es una novedad lo que relato, ¿por qué las mujeres tienen que soportar ofertas y palabras no solicitadas de desconocidos? Sería muy interesante observar la reacción masculina ante una situación análoga.
Opino que el rango de reacciones iría desde el desconcierto hasta la violencia física, porque esta última es el recurso más fácil de evidenciar ignorancia y lejanía de la capacidad de diálogo; es decir, la frontera lejana de la sapiencia.
El autor es abogado.