El porvenir

Los esquemas tradicionales de seguridad socialdeben reformarse

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Debo admitir que de mi padre, fallecido prematuramente hace varias décadas, no pesqué a tiempo su legítima preocupación por el porvenir. Hasta un tramo de granos que tuvo en el mercado Borbón lo llamó “El Porvenir”. Yo me crié entre jóvenes que descontaban a tasas muy altas el futuro; tan altas que no era una prioridad. “En el largo plazo todos estaremos muertos”, sentenció J. M. Keynes y muchos le creímos. Keynes concentró su exquisito conocimiento en plantear soluciones a muy sentidos problemas de la coyuntura macroeconómica y como, además, no tuvo hijos, nunca pensó en lo que haría si llegara a vivir cien o más años.








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