Es un hecho innegable que estamos inmersos en la conocida Cuarta Revolución Industrial, situación que ha generado todo un cambio en la forma de comunicarnos, en los hábitos de consumo y en la relación de lo físico con lo virtual.
En este contexto, salen a relucir los llamados “cuatro jinetes del apocalipsis de la transformación”: el Internet de las cosas, la inteligencia artificial, la robótica y el block chain, dejando una incógnita sobre qué pasará con el futuro de la humanidad en todos los ámbitos y si esto dominará sobre el ser humano.
Por otro lado, tenemos un mundo en donde se mantienen –e incluso en algunos casos se han agravado– las problemáticas sociales. Entre ellas, destacan el crecimiento de la pobreza extrema, más de 805 millones de personas viviendo con problemas de desnutrición grave, poblaciones sin acceso al agua, deforestación, contaminación, inseguridad, violencia, desigualdad, exclusión, solo por nombrar algunas.
Enfoque perdido. En general, parece que no hay una correlación positiva entre crecimiento económico, disrupción digital y mayor conocimiento versus un mejoramiento en el bienestar de las personas. Se ha perdido el enfoque de lo que es realmente importante: la calidad de vida de los seres humanos y la protección del medioambiente.
Por esta razón, todos estamos llamados, la sociedad civil, los gobiernos y las entidades, a apostar por un liderazgo con propósito que, promoviendo las alianzas que sean necesarias, permita trascender con valores más elevados, y, de esta manera, mueva los indicadores hacia una mejor condición de vida de la humanidad mediante las actividades económicas propias.
Por tanto, es trascendental que los líderes de las empresas se enfoquen en generar riqueza de forma responsable, es decir, procurando impactos positivos en la sociedad y haciéndose cargo de los negativos asociados a su gestión.
Se requiere un replanteamiento del liderazgo, una reformulación de nuestras creencias y principios, que permitan poner en el centro al “ser”, para luego “hacer”, “servir”, “inspirar” y lograr “transformar” la forma de ver los negocios, siendo estos un medio y no un fin.
El autor es gerente de Coopeservidores.