Es preocupante que Costa Rica solo invierte el 0,47% del PIB en investigación y desarrollo (I+D), cuando otros países como Finlandia invierten el 3,96%, Estados Unidos el 2,89%, Israel el 4,21% y China el 2%. Algo anda mal en nuestras prioridades cuando el Micitt apenas significa el 0,1% de los gastos del Gobierno y sufrió recientemente para el presupuesto del 2017 un recorte de ¢600 millones que compromete el proyecto de transmisión de TV digital, la operación de los Centros Comunitarios Inteligentes y compromisos con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE).
¿Podremos hablar de la sociedad del conocimiento con estos datos? ¿Podemos desarrollar incentivos verdaderos con una inversión de $2 millones de dólares al año para pasantías, olimpiadas, feria científica y proyectos? ¿Que son $500.000 dólares al año para apoyar a Pymes en innovación? ¿Qué podemos lograr con $5 millones de dólares al año para lograr mejorar los problemas de telecomunicaciones? ¿Estamos creciendo en digitalizar todos los servicios y operaciones del Estado? ¿Se está incorporando el big data, la robótica y la inteligencia artificial en nuestra sociedad? ¿Qué vamos hacer como sociedad ante los retos de las nuevas tecnologías?
Es preocupante que a pesar de nuestra raquítica inversión en I+D de 0,47% del PIB, Costa Rica solo produjo 277 artículos en publicaciones científicas y técnicas en el 2013 y 16 solicitudes de patentes presentadas en el 2014. A escala global, Costa Rica tiene la posición 65 en inversión en I+D de 213 países evaluados por el Banco Mundial (BM). Esto habla muy mal de la calidad de nuestra investigación y desarrollo.
Evolución tecnológica. Es preocupante la falta de lineamientos claros y leyes que ordenen la compra de bienes y servicios en el sector público. Cada institución pública hace inversiones millonarias en nuevo software, equipos, normas de seguridad y almacenamiento de datos sin tener una unidad de control y estándares.
Muchos programas educativos no están incorporando la tecnología en la enseñanza e infraestructura con la urgencia que se necesita. Las nuevas tecnologías están creando nuevos modelos de negocios.
La televisión a través de Netflix, Facebook, Amazon, Google, Alibaba, Aíran y Uber son ejemplos de cómo el mundo evoluciona con el cambio tecnológico. El modelo de banca tradicional va a desaparecer ante la nueva tecnología si no hace los cambios tecnológicos exigidos. Cada vez va a ser más sencillo pagar, transferir y captar recursos desde un teléfono inteligente. El mercadeo, la atención a clientes, las ventas cruzadas, las redes, los bancos de datos y la información van a estar siempre en la red.
La computación cognitiva permitirá un mejor manejo de datos, más negocios, más información y más competitividad. Internet de las cosas (IoT), sistemas de seguridad, robótica, inteligencia artificial e impresión en tres dimensiones son las nuevas tecnologías que están revolucionando la innovación y nuestra forma de vida.
Las nuevas tecnologías ayudarán al fisco y a las empresas a analizar talento y datos en forma más profesional.
En Estados Unidos, las universidades tecnológicas y las industrias líderes en comunicación, energía y computación concentran el 9% de los empleos entre científicos e ingenieros, generando el 20% del PIB y creando el 85% de las patentes.
Todos los sectores de servicios, industria y agricultura dependen de estas empresas líderes para aumentar la competitividad. En el 2014, Estados Unidos creó más de 500.000 patentes, y en forma sorprendente fue superado por China con 900.000 patentes. Esto significa que China, avanza aceleradamente a convertirse en un gran centro de alta tecnología y generación de innovadores productos.
Compras públicas. Después del contrato entre Racsa y el Ministerio de Hacienda para establecer el Sistema Integrado de Compras Públicas deberíamos unificar las compras públicas. Hay que migrar contratos y convenios a una sola plataforma y buscar reducir costos con economías de escala y transparencia.
No es posible que llevemos discutiendo este tema más de ocho años y no hemos logrado encontrar una solución técnica, legal y política, que se implemente. No podemos seguir haciendo más estudios, lo importante es reordenar roles y continuar en la tecnología Mer-Link, que fue desarrollada con técnicos nacionales y coreanos.
Mer-Link debe integrarse a la Gestión y Administración Financiera y migrar convenios y contratos. No podemos seguir posponiendo soluciones de centralización de las compras públicas.
Empleo y educación. ¿Estamos claros sobre cuáles son las nuevas necesidades de ingeniería informática en Costa Rica? En el sistema educativo superior, no cabe duda de que tenemos un importante rezago en calidad, productividad y cobertura.
Actualmente, solo el 13% de la matrícula universitaria se da en las ingenierías y las ciencias. En Costa Rica, tenemos 0,53 investigadores por cada 1.000 integrantes de la población económicamente activa, en contraste con 9,8 en Corea del Sur y 11 en Singapur.
Costa Rica tiene grave rezago en el desarrollo tecnológico, que se relaciona con inversión, investigaciones, propiedad intelectual, publicaciones, patentes y educación en matemática y ciencias.
Corea del Sur, a mediados de los 70, tenía un ingreso per cápita de $278 y, actualmente, es de $20.000, gracias al desarrollo tecnológico.
En Costa Rica, el sector privado solo aporta el 35% de la inversión en I+D y el sector público el 65%. En los países desarrollados el sector privado invierte el 70% en I+D del total y el público, el 30%.
La economía del conocimiento no solo es más inversión en I+D, implica investigación ligada al sector privado, es una estrategia integral, que permite mayor creación de empleo, mayor desarrollo de nuevas empresas, parques científicos y tecnológicos, mayor valor agregado, nuevas oportunidades y mejoras en educación.
Mejorar competitividad. Es importante que analicemos cómo trazamos una estrategia para focalizarnos en la economía del conocimiento. Este esfuerzo requerirá reestructurar el sistema educativo, reforzar la educación técnica y vocacional por medio de reformas al INA, la UTN y los colegios vocacionales; expandir la educación superior en las áreas de ingeniería, ciencia y administración; establecer el inglés como segunda lengua en todos nuestros centros educativos; mayores recursos y poderes al Miciit y coordinar la academia, el gobierno y los empleados con el sector privado.
En el campo industrial, debemos fomentar la industria de alto valor agregado y alta tecnología e innovación. Paralelamente, debemos reducir los costos tan altos de los servicios públicos, mejorar la intermediación financiera y controlar los pluses salariales para lograr estabilizar el problema fiscal.
Todo modelo competitivo de desarrollo va a requerir inversión en infraestructura, por lo que el gobierno debe simplificar trámites e incrementar la tasa de inversión para hacer que la obra pública sea más atractiva a los fondos de inversión.
Un descuento de un 20% sobre la base gravable para el impuesto sobre la renta en la inversión en bienes de capital y gastos de investigación e innovación son claves para tener empresas pioneras.
No podemos seguir improvisando nuevas medidas cada cuatro años. Tenemos que hacer un plan estratégico por 10 años. El gobierno debe identificar cuáles son las áreas claves de inversión y promover un fondo de apoyo a clústeres estratégicos, con la formación de nuevos incentivos, joint ventures y coinversión.
Para mayor competitividad, debemos reducir costos, mejorar el clima de inversión, dar confianza, expandir exportaciones, reestructurar la educación, fortalecer I+D. Costa Rica tiene una excelente ubicación y una gran oportunidad por crecer en el desarrollo de nuevas tecnologías posicionándose a escala global.
Más estabilidad económica y comercial, menos burocracia, mayor gobernabilidad, mejor infraestructura, menos trámites y un fuerte sentido de orientación nacional en las políticas futuras es fundamental.
El autor es ingeniero.