Amir Ofek, embajador de Israel en Costa Rica, realiza el miércoles 31 de julio del 2019 una fuerte afirmación contra mi persona, pero lo hace mediante una frase cargada de incertidumbre: “Se trata de una expresión miserable que no debería decirse”. Responde el diplomático Ofek en un comunicado enviado a La Nación en relación con un comentario mío en mi cuenta de Facebook del 27 de julio del presente año.
Es evidente que la afirmación responde a una interrogante que, en el comunicado del embajador Ofek y en la información suministrada al lector por parte del periódico, se omite con toda deliberación.
Ante ello, me pregunto: ¿Leyó Ofek mi comentario completo o respondió a una información tergiversada? ¿Por qué un diplomático se apresura a arremeter contra un ciudadano costarricense con tanta facilidad? El embajador debería informarse de forma adecuada por qué razón critiqué con dureza a CRhoy, propiedad de Leonel Baruch.
Juan Diego Castro Fernández
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