Sobre la noticia publicada el domingo 17 de marzo, en la página 4, titulada “5.000 docentes al año dejan botados a sus estudiantes”, la Asociación Nacional de Educadores y Educadoras (ANDE) aclara que por medio de adecuaciones a los sistemas de reclutamiento y selección del personal, el Servicio Civil Docente y el Ministerio de Educación Pública (MEP) deben contar con un registro de educadores habitantes en las zonas, así como con “casas del maestro” y otros recursos, con la finalidad de suprimir esta situación y beneficiar a las comunidades estudiantil y docente.
Los nombramientos en zonas alejadas obligan a gastos, como alquiler de vivienda, pago de servicios, alimentación y traslados, que imposibilitan cubrir los requerimientos básicos de la familia, de la cual se alejan, sin obviar las consecuencias físicas y emocionales, que alteran la dinámica familiar.
Debe considerarse que el salario más alto de un docente de primaria es aproximado a los ¢650.000 y de educación secundaria, ¢17.000 por lección. A muchos educadores se les nombra con 10 o menos lecciones.
ANDE no acepta la responsabilidad que día tras día, perniciosa y subjetivamente se les achaca a los docentes.
Gilberto Cascante Montero
Cédula 106230985