La variable rentabilidad en la administración de fondos de pensiones es un termómetro de lo que ocurre en el entorno de la economía mundial donde se invierte el dinero de los afiliados.
Las inversiones se realizan en mercados de valores debidamente supervisados y regulados, donde la fijación del precio de esos valores se toma diariamente para determinar el valor del portafolio.
Por tanto, al sumar los rendimientos y ponderarlos de acuerdo con la metodología aprobada por el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif) y supervisada por la Superintendencia de Pensiones (Supén), se determina la rentabilidad diaria para los afiliados.
Como instrumentos de ahorro a largo plazo cuyo fin es propiciar una pensión complementaria, la recomendación general para analizar el desempeño de los fondos es guiarse por criterios a largo plazo. En este caso, la misma periodicidad que autoriza la Supén: rentabilidad de los últimos 3 años, 5 años y 10 años, siempre en un horizonte a largo plazo.
A manera de ejemplo, BN Vital se ha caracterizado por tener una estrategia de inversión muy equilibrada en términos de rentabilidad y riesgo. Nuestra rentabilidad en los últimos 3, 5 y 10 años ha sido un 10,73%, un 9,55% y un 10,20% respectivamente.
Como se puede notar, es una rentabilidad muy estable, superior a la mayoría de los instrumentos financieros conocidos en la industria. Incluso, el año 2021 fue atípico porque experimentó enormes rentabilidades, ya que fue del 17,98%.
Desde enero, en todos los espacios para la comunicación con los afiliados, se ha explicado que el 2022 sería un año de grandes volatilidades en la industria de las pensiones.
La crisis mundial de contenedores y, sobre todo, la dificultad para sostener la creciente inflación global han llevado a los bancos centrales a revisar su política monetaria y aumentar las tasas de interés.
Esos incrementos disminuyen el precio de los títulos de inversión, por el hecho de que sus flujos futuros se traen a valor presente, a una tasa de descuento mayor.
Los bajonazos en los precios producto de los aumentos en las tasas de interés disminuyen el valor de las cuotas, es decir, contablemente se registran minusvalías, que se convierten en pérdidas reales solamente cuando se hace el retiro del dinero (por liquidación o por la aplicación de la libre transferencia).
Por ello, nuestra recomendación es y será no efectuar ningún retiro que haga efectiva la minusvalía contable. Una vez estabilizados los mercados financieros los rendimientos van a recuperarse.
Cuando se revisa lo sucedido con respecto a la rentabilidad en el 2021 y se analiza lo que está pasando en el 2022, nos permite pensar que la rentabilidad de nuestros fondos de pensiones seguirá siendo muy similar a la obtenida en los últimos 3, 5 y 10 años, es decir, alrededor del 10%.
Este análisis quiere decir que el fondo de pensión, como instrumento financiero a largo plazo, tiene una rentabilidad promedio del 10% en la industria, mayor que instrumentos financieros a corto y mediano plazo.
Esencialmente, los factores relacionados con la rentabilidad son externos, universales, afectan a todos los instrumentos financieros, y, por lo tanto, al conjunto de los agentes económicos tenedores de títulos, entre estos, a las operadoras de pensiones del mundo.
Por ser instrumentos a largo plazo, 30 años en el horizonte de un afiliado, los fondos de pensiones tienen la ventaja de que momentos complejos como los actuales tendrán su momento de recuperación.
Cuando se comprende mejor el funcionamiento de los instrumentos y el cálculo de la rentabilidad, se confía más en ellos y se aprende, incluso, que los períodos de bajas rentabilidades son propicios para hacer aportaciones extraordinarias, pues se “compran cuotas baratas” que pronto se revalorizarán.
Se espera que los mercados se estabilicen y que las expectativas de los inversionistas sean más favorables. Ya vimos en mayo una leve tendencia a la estabilidad y, por lo tanto, a que las volatilidades disminuyan.
Con todo lo descrito se debe concluir que los factores que han estado afectando los rendimientos de los fondos de pensiones son de carácter exógeno, variables no controlables por los administradores de los recursos y que, en ninguna circunstancia, los resultados negativos mostrados en los últimos meses corresponden a una inadecuada gestión.
Todo lo contrario. La experiencia, el conocimiento, la gobernanza corporativa de las inversiones y el compromiso nos permiten invertir los recursos siempre en provecho de los afiliados, procurando el equilibrio necesario entre seguridad, rentabilidad y liquidez, en un marco responsable de gestión de riesgos.
El autor es gerente general de la operadora de pensiones BN Vital.
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