Hace 160 años el presidente Juanito Mora Porras, padre de la nación, defendió las fronteras de nuestro pequeño país en contra de los filibusteros. Desde cada pueblo y cada rincón del territorio nacional, surgieron hombres y mujeres que frenaron la expansión esclavista.
Solamente ochenta años después de ese heroico acontecimiento nacional, el Dr. Calderón Guardia revolucionó el país con una propuesta de leyes sociales tan radicales como maravillosas. En una época en que un enfermo difícilmente conseguía medicamentos, o algún tipo de tratamiento médico eficaz, Calderón Guardia introdujo el nuevo concepto o derecho universal de “¡vivir sin temor!”. Cuidado y protección desde la cuna hasta la vejez. Nacieron el Seguro Social, el Código de Trabajo, la ley de los zapatos escolares y las garantías constitucionales que hasta hoy defienden los derechos universales de nuestros habitantes.
Al terminar su mandato presidencial, en 1944, empezaron los atropellos a los ciudadanos. Los temidos mariachis, liderados por Juan José Tavío, inspiraban temor en la ciudadanía. Otros, como Mitajuana, o el general Modesto Soto, fueron terribles azotes a la tranquilidad.
En forma inexplicable, el gobierno le había entregado al nicaragüense, autodenominado general Soto, la ciudad de San Ramón, cuna de los poetas nacionales y de la cultura nacional.
El general era un sinvergüenza, un bandido y asaltante del comercio local. Cuando por fin salió huyendo hacia Nicaragua, su caravana de veintisiete vehículos iba repleta de mercadería sustraída. No hubo quién pudiera frenarlo.
Polígrafos móviles. En referencia al proceso electoral, otro militar, el coronel Pencho Alvarado documentó, luego de muchos años, los abusos que se cometían en ese tiempo y el fraude con ayuda de los “polígrafos móviles”.
Eran camiones cargados de electores que pasaban de pueblo en pueblo votando una y otra vez. Ante tanto abuso, la ciudad de Cartago se declaró en huelga con todas las puertas del comercio cerradas.
Llegó el triste día en que Tavío asesinó al Dr. Carlos Luis Valverde Vega, capturó a Otilio Ulate y fueron anuladas las elecciones nacionales. Se selló la suerte y estalló la insurrección.
En estos días, setenta años después de la abolición del Ejército y gracias a la gesta heroica de José Figueres Ferrer, con sus glostoras y medallitas, celebramos la dichosa providencia de no tener fuerzas armadas, con sus armamento, tanques y aviones de combate.
Se eliminó para siempre el atropello de la bota militar. Hemos aprendido a vivir sin un batallón militar. Bueno es que nuestros hijos y nietos ni entienden lo que celebramos porque no conocen la guerra. Es una dicha también.
Libro gratis. Para conmemorar la abolición del Ejército y recordar a los héroes y protagonistas de los acontecimientos históricos de los años 40, publiqué un libro de fotografías antiguas de Costa Rica, titulado Tiempo de héroes.
Es un trabajo llevado a cabo bajo una cuidadosa investigación y confeccionado en la mejor calidad posible. Esta edición reúne diferentes experiencias de nuestros padres y abuelos que vivieron los días de cambios dramáticos que se dieron en esos memorables años.
Este libro es un aporte que hago en forma gratuita para las personas interesadas en la cultura e historia nacionales. Tiempo de héroes es un trabajo para repartir en las bibliotecas nacionales, en nuestras escuelas y colegios. Es un legado para las familias costarricenses. Es un recuerdo para los hijos y nietos de los combatientes de esa lejana época de 1948.