El 28 de setiembre fue declarado por la Unesco como el Día Internacional del Derecho al Acceso Universal a la Información. A pesar de que esta declaratoria se realizó en el 2015, vale la pena preguntarse si en Costa Rica todas las personas tienen acceso a la información.
Diferencias. Para empezar, es importante aclarar que no todas las personas accedemos a la información de la misma forma: alguien puede enterarse del corte de agua por medio de su red social favorita, mientras que otra persona puede conocer los detalles por medio del perifoneo y otra por las noticias en televisión y radio. Entonces, tenemos la misma información distribuida mediante diferentes canales de comunicación.
También sucede que dos personas usuarias del mismo canal de comunicación no puedan acceder de la misma forma a determinada información. Por ejemplo, las especificidades del corte de agua se publicaron en una red social mediante una imagen que incluye un mapa, en el cual se marcaron en rojo las zonas afectadas por el corte y en amarillo las posibles zonas de afectación, a esta imagen no se le agregó ningún comentario al pie. La imagen fue revisada por una persona que sí pudo acceder a toda la información, pero también fue revisada por una persona que no distingue colores, por lo que, a pesar de que se enteró del corte de agua, no pudo estar al tanto de las diferentes zonas de afectación. Por último, pensemos que este gráfico también llegó a una persona ciega que utiliza el lector de pantalla, el cual no pudo interpretar la imagen y, por tanto, nuestro receptor no pudo acceder la información.
Hagamos un paréntesis para explicar lo que es un lector de pantalla: es un software que se puede utilizar tanto en la computadora, como en el dispositivo móvil y trasmite, mediante un sintetizador de voz, la información digital. Este lector tiene sus restricciones: no reconoce imágenes, además todos los controles deben estar etiquetados correctamente, tanto en la web como en aplicaciones. Lo utilizan en su mayoría personas en condición de discapacidad visual.
En nuestro país no hay una ley que brinde lineamientos de cómo dar de información en formatos accesibles. Sin embargo, dos leyes hacen referencia a la obligación que tienen las instituciones públicas y privadas de garantizar el acceso a la información a todas las personas por todos los medios, ya sean físicos o electrónicos (leyes 7600 y 8661).
Más allá de las leyes, es importante hacer conciencia de la importancia de que todos podamos informarnos. Los humanos somos seres sociales que, además de saber si hay corte de agua en la comunidad, necesitamos votar de manera informada y requerimos tener criterio propio en relación con diversidad de asuntos que nos afectan a diario.
Compromiso. Para lograrlo precisamos el compromiso social de hacer la información accesible, en la web, en las aplicaciones, en redes sociales y también en materiales impresos. Necesitamos que los videos tengan interpretación a Lesco o subtítulos, que las imágenes contengan, entre otros aspectos que son fundamentales para garantizar el acceso a la información a personas con discapacidad visual o auditiva.
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Cada vez son más los trámites que se realizan de manera electrónica; estamos en la era digital y no podemos permitir que algunas personas se queden atrás por la falta de gestión de los ajustes necesarios. El acceso a la información es un asunto de todos, no solo del gobierno o de las instancias privadas. También es responsabilidad de quien publica una foto en una red social. Garantizar la accesibilidad es un deber de quien produce un video o un audio, de quien crea un blog o una página web, de quien diseña un afiche o un volante.
Vale la pena resaltar que, si la accesibilidad digital se implementa desde el inicio, no requiere inversión económica, por el contrario, brinda más beneficios, puesto que se genera un público más amplio y diverso. Además, en la sociedad es fundamental garantizar la participación de todas las personas.
La autora es asesora.