El próximo domingo 5 de diciembre, por tercera vez consecutiva, Costa Rica se apresta para elegir alcaldes y alcaldesas, vicealcaldes y vicealcaldesas, síndicos y síndicas, concejales y concejalas intendentes e intendentas municipales, viceintendentes y viceintendentas e integrantes propietarios, propietarias y suplentes de los concejos municipales de distrito.
Aproximadamente, 5.000 líderes políticos recibirán el mandato de gobernar en sus respectivos ámbitos locales, durante prácticamente 6 años, pues en esta elección –y de manera excepciona – el período de nombramiento se ha extendido; y será hasta febrero de 2016, que más de 2,8 millones de costarricenses votantes tendrán la oportunidad de volver a elegir a sus representantes locales.
Hoy en día, el tema del territorio y la localización de las actividades se han convertido en una de las preocupaciones centrales de los estudios sociales y económicos. De ahí surgen nuevos ámbitos de actuación a nivel municipal y local: la gestión y regulación urbana, la inversión en desarrollo urbano, el desarrollo económico local, la educación y el ambiente en la agenda municipal, el presupuesto participativo municipal, los servicios públicos municipales y el desarrollo local, el manejo de las zona marítimo-terrestre y de territorios particulares como las franjas periurbanas y las zonas de paso, la cultura como parte de la gestión municipal, el rescate y peatonización de los cascos urbanos, la preservación del patrimonio histórico-arquitectónico y el turismo en la ciudad, entre muchos otros.
Asumir tales responsabilidades, en conjunto con la seguridad ciudadana, sin lugar a dudas, el tema N.° 1 en la agenda nacional, implica redefinir la esencia de la gestión municipal; encaminándose hacia una gestión articulada, con capacidad de concertación y armonización de intereses y propósitos, entendida y practicada en forma
Amén de la importancia de la gestión humana, el otro aspecto fundamental es el relacionamiento entre las instancias de toma de decisiones, en particular los mecanismos de comunicación y las vinculaciones respetuosas entre alcaldes y alcaldesas y concejo municipal.
La mejora en la efectividad de los mecanismos (vías y órganos) de la participación social en la gestión municipal, la creación y fortalecimiento de condiciones para una efectiva rendición de cuentas municipales y entender la importancia de la mancomunidad municipal para enfrentar iniciativas y proyectos de envergadura, como, por ejemplo, el alcantarillado sanitario, pueden ser claves para la organización del territorio con base en la especialización productiva y de prestación de servicios a nivel local, el otorgamiento de prioridad a las intervenciones viales para reorganizar el transporte y el tránsito y lograr que las entidades financieras se interesen más en el desarrollo económico local y la gestión de riesgos, asumir en todos sus alcances el mandato legal del Código Municipal de la política de género municipal y llevar adelante programas y acciones de reafirmación positiva para la inclusión de personas con problemas de discapacidad.
Ojalá que quienes sean elegidos y elegidas el próximo domingo no se conformen con administrar el presente; y no se olviden de que, durante su mandato y aún más cuando este termine, seguirán siendo munícipes.