A mí ‘pídamen’ la vida, pero la renuncia, ¡mirala!

Bien harían los directivos bancarios si conocieran lo que hizo la Junta Directiva del Banco Internacional de Costa Rica de 1917, cuando el presidente emitió un decreto con el cual no estaban de acuerdo

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El próximo 7 de diciembre se cumplirá el centenario de una renuncia memorable. Corría el año 1917, en Europa las potencias se desengraban en lo que luego se llamaría la Primera Guerra Mundial, con el consecuente cierre de los mercados a nuestros escasos productos de exportación y, en Costa Rica, un grave déficit fiscal agobiaba al presidente de la República, Federico Tinoco Granados, luego de haber derrocado, el 27 de enero de ese año, a Alfredo González Flores, quien había fundado, en 1914, el Banco Internacional de Costa Rica (hoy Banco Nacional de Costa Rica).








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