Editorial

Un saldo lamentable

A 35 años de la caída de Somoza, el sueño democrático está secuestrado

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Al conmemorarse, hoy, 35 años de la caída del dictador Anastasio Somoza Debayle, última encarnación de la dinastía familiar que usurpó el poder en Nicaragua desde 1936, el balance histórico muestra un saldo en extremo negativo. En él se combinan las promesas incumplidas, las esperanzas frustradas, las ilusiones destruidas, la transmutación de los ideales en corrupción y, sobre todo, la lamentable pérdida de una gran oportunidad para que el país evolucionara hacia el objetivo declarado entonces y burlado con los años: forjar una democracia justa, robusta e incluyente, construir instituciones legítimas y transparentes, promover el desarrollo y avanzar hacia el bienestar integral de todos los nicaragüenses.








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