El proyecto hidroeléctrico Reventazón costó $810 millones más que la estimación del 2008. Hoy, el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE) lo valora en $1.567 millones. El transcurso de ocho años, por sí solo, no parece suficiente para duplicar el costo, sobre todo si la comparación se hace en dólares.
En el 2008, la información oficial presentada por el ICE a la Secretaría Técnica Nacional Ambiental estimaba la inversión en $757 millones, es decir, menos de la mitad del costo final. En algún rincón hay gato encerrado. Todo apunta a un error a la hora de presupuestar. Esa imprecisión se ha convertido en hábito del ICE y de otras instituciones, como el Ministerio de Obras Públicas y Transportes. Las grandes obras del país no se ajustan al presupuesto y, con frecuencia, ni siquiera caen cerca de las proyecciones.
Las consecuencias son obvias, pero en el caso de la electricidad los industriales se quejan del efecto sobre la competitividad, la producción y la atracción de inversiones. El proyecto Reventazón aporta energía muy cara al sistema nacional de distribución porque el costo de la planta será financiado por las tarifas.
La diferencia entre el costo proyectado y el costo final no es el único factor de encarecimiento de la energía generada por la planta del Reventazón. El enorme proyecto produjo, en su primer año de funcionamiento, una tercera parte menos de lo esperado y solo se aprovechó el 38% de su capacidad instalada.
A inicios de este año, el ICE detectó fugas de agua en el canal que conduce las aguas hasta el vertedero y todavía no hay una estimación del costo de las reparaciones o la magnitud del daño. El ICE se limita a confirmar la existencia de las fugas, la necesidad de repararlas y la ejecución de los estudios geológicos pertinentes. Mientras se completa el diagnóstico, la institución controla el nivel del embalse.
La Cámara de Industrias de Costa Rica (CICR) acusa al ICE y a su subsidiaria, la Compañía Nacional de Fuerza y Luz (CNFL), de invertir sin el cuidado necesario, no con la intención de rebajar las tarifas sino de “emplear a la planilla encargada de construir plantas hidroeléctricas” muy costosas y llama a repensar el sistema en lugar de detenerse a contemplar los méritos del pasado.
LEA ADEMÁS: Planta Reventazón produjo menos energía de la prevista en primer año
Por su parte, la Contraloría General de la República critica las inversiones del ICE y sus estimaciones de la futura demanda de electricidad porque se alejó de la demanda real hasta en un 13,84% en el periodo 2009-2015, lo cual encarece los costos.
Desde otra perspectiva, el Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) también invita a replantear la matriz de generación para evitar un incremento de la dependencia de las plantas hidroeléctricas. Los patrones de lluvia futuros son inciertos y sus fluctuaciones aumentan con los efectos del cambio climático. Javier Orozco, director de Planificación y Desarrollo Eléctrico del ICE, atribuyó la diferencia entre las estimaciones y la producción real de Reventazón al caudal disponible y enfatizó que, en el futuro, esa será la constante.
También será constante el incremento del consumo eléctrico si el país logra sus objetivos de desarrollo y bienestar. Las nuevas tecnologías del transporte, como los vehículos eléctricos, también aportarán demanda. El país no puede quedarse corto y tampoco debe depender de las hidroeléctricas, cuyo aporte ha sido invaluable pero, como bien dicen fuentes tan diversas, desde tan diversas perspectivas, es preciso repensar el modelo para aprovechar mejor otras fuentes de energía disponibles.