Editorial

Fracaso en procura del empate

La lista, anunciada con bombos y platillos para eludir y dispersar la responsabilidad por los sobresueldos ilícitos, fue un ejercicio de temeraria irresponsabilidad

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A brincos y a saltos, el gobierno procuró enfrentar el escándalo de los sobresueldos irregulares pagados a ministros y viceministros. Intentó, primero, negar la anomalía. Luego, recurrió al eterno expediente de acusar a la prensa de querer perjudicarlo. Después, echó la culpa a los departamentos de personal de las instituciones involucradas y exhibió, como si fuera un mérito, la devolución de lo pagado en exceso, aunque no en todos los casos. Por último, emprendió una operación “embarre”.








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