Editorial

Editorial: Venta de activos para pago de deuda

El asunto es de vital importancia para la competitividad de la producción nacional y para moderar el costo de vida. La ineficiencia del ICE, allí donde se presenta, la pagamos todos.

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Las personas físicas suelen mantener activos, como pinturas, bibliotecas y jardines, por el mero deleite. Esto tiene sentido si el fin es maximizar la felicidad en el tiempo, pero ese no es, por lo general, el objetivo de las personas jurídicas, que mantienen activos para desarrollar su negocio o como inversión temporal. En el primer caso, los activos no deben permanecer ociosos ni infrautilizados. En el segundo, se trata de obtener una rentabilidad superior a lo pagado por las deudas. No tiene sentido, por ejemplo, mantener un depósito a plazo en un banco por ¢10 millones, con una rentabilidad del 6 % si, a la vez, hay deudas por el mismo monto que cuestan el 20 %. Esa situación consumiría poco a poco el patrimonio, constituido por la diferencia entre el valor de los activos y el de los pasivos.








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