Editorial

Editorial: Teoría de la conspiración

Fingir la falta de recursos y las difíciles condiciones del financiamiento tan solo para “asustar” a los huelguistas sería un acto de criminal irresponsabilidad. También sería poco menos que imposible.

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La reacción era predecible. Acostumbrados a la irracionalidad e intransigencia desplegada en los últimos días por los instigadores de la huelga, poco sorprende su respuesta al anuncio del financiamiento de ¢498.000 millones del Banco Central a un gobierno carente de recursos para satisfacer sus obligaciones e incapaz de recaudarlos en el mercado financiero sin elevar las tasas de interés y aceptar vencimientos a corto plazo. La administración, dicen los “genios financieros” del bloqueo y la barricada, procura asustarlos, es decir, tiene mucho de pantomima.








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