Editorial

Editorial: Expiró la garantía

Con excepción de Ottón Solís, los garantes éticos del gobierno son cosa del pasado y, en adelante, solo servirán de blanco para la ironía. Una vez más se confirma el consejo de prestar atención a la letra menuda cuando se examina una garantía.

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Con excepción del exdiputado Ottón Solís, los garantes éticos ofrecidos en el curso de la campaña electoral duraron tres semanas y no se pronunciaron sobre absolutamente nada. Así de rápido se transformaron en cosa del pasado y, en adelante, solo servirán de blanco para la ironía. Si en el futuro se pronunciaran sobre algún hecho, no podrán evitar acusaciones de oportunismo y selectividad.








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