Editorial: Colocación de eurobonos

La colocación de los $1.500 millones en eurobonos por el Ministerio de Hacienda fue exitosa, pero, desde el punto de vista de las políticas públicas, eso no es suficiente.

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Costa Rica logró colocar en el mercado internacional títulos de deuda del Gobierno Central, conocidos como eurobonos, por $1.500 millones. El monto se desglosa en $1.200 millones con vencimiento en el año 2031 y una tasa de interés del 6,25 % anual, y $300 millones con vencimiento en el 2045 a una tasa del 7,25 %. El costo ponderado de la emisión asciende a 6,45 %, que es ligeramente inferior al costo del resto de la deuda del gobierno. Eso obedece, en parte, a que el mercado internacional es más grande y una emisión como la indicada no ejerce mayor influencia sobre él.

Los plazos de las emisiones permiten a la Tesorería Nacional distribuir mejor los vencimientos en el tiempo, lo cual favorece la administración de la deuda, pues evita vendimias de vencimientos con riesgo de refinanciación. Según el Ministerio de Hacienda, los compradores de los títulos fueron en su mayoría fondos de pensiones, compañías de seguros y fondos de inversión. La mayoría de esos compradores son extranjeros, pues solo una pequeña fracción de los bonos fue adquirida por costarricenses. La mayor parte de los recursos obtenidos serán utilizados para pagar vencimientos de deuda pública denominada en dólares, lo cual es adecuado, pues no aumentará el riesgo cambiario.

Las aseguradoras y otros inversionistas similares, por normativa prudencial, deben invertir una proporción considerable de los recursos que garantizan sus pasivos en títulos con grado de inversión. Los bonos del Gobierno de Costa Rica no lo tienen. Sobre esto caben al menos dos consideraciones. La primera es que los fondos invertidos saldrán de recursos disponibles luego de satisfacer los requerimientos prudenciales mínimos. Por eso no importa mucho la calificación. La segunda es que la tasa de interés de los eurobonos, 6,25 % y 7,25 % anual, son muy atractivas al compararlas con los títulos de otros gobiernos.

En efecto, actualmente los bonos del gobierno de los Estados Unidos a 10 años plazo pagan una tasa del 1,9% anual, los de Canadá 1,6% y los de los países de la eurozona tienen una tasa negativa del 0,3 %. Como se ve, la “prima” pagada por los bonos costarricenses recién colocados en el mercado internacional anda por el 4,5 % anual y hasta un poco más.

Otra consideración pertinente es que el endeudamiento del Gobierno Central, equivalente al 60 % del producto interno bruto (PIB), acarrea un pago de intereses superior al 4 % del PIB, casi un 25 % de los ingresos fiscales. Si bien la creatividad financiera —que permite colocar títulos de deuda pública en mercados grandes, a plazos largos y a tasas relativamente favorables al compararlas con las del mercado doméstico— es bienvenida, lo fundamental es detener el endeudamiento. Esa es la única forma de obtener rebajas reales en las tasas de interés y solo así se puede mantener controlada la erogación por concepto de intereses.

Inicialmente, el Ejecutivo pidió a la Asamblea Legislativa la aprobación de una emisión de eurobonos por $6.000 millones. El Congreso prefirió dividirla y condicionar las futuras colocaciones al cumplimiento de las metas cuantitativas de ajuste fiscal. La intención es que el gobierno no tenga que financiar gasto corriente, de consumo, con deuda, como en contra de normas legales y constitucionales se ha hecho desde varios años. El endeudamiento público, como el privado, debería reservarse para el financiamiento de inversiones físicas productivas, infraestructurales, que contribuyan a generar los recursos para pagar las obligaciones asumidas.

La colocación de los $1.500 millones en eurobonos por el Ministerio de Hacienda fue exitosa, pero, desde el punto de vista de las políticas públicas, eso no es suficiente. Es preciso insistir en el empeño de sanear las finanzas públicas y limitar el endeudamiento.