Editorial: Cambios en ‘La Nación'

La empresa redujo en un 20 % su planilla, fue doloroso despedirnos de 17 colegas y varios miembros de las áreas de apoyo a la redacción.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Cuando los efectos económicos de la pandemia comenzaron a hacerse sentir y la Asamblea Legislativa facultó a los empleadores para reducir jornadas con el fin de evitar la ruptura de contratos laborales, el Grupo Nación aceptó la invitación a mantener intacta su planilla. Pasados tres meses, el mercado publicitario, como buena parte de la economía, no muestra recuperación.

Prolongar el recorte salarial otros tres meses, y quizá tres más, implica serios inconvenientes para las actividades periodísticas y para los colaboradores encargados de velar por el cumplimiento de la misión esencial de la empresa: proveer información oportuna y verificada sobre los acontecimientos sociales, políticos y económicos. Por eso, decidimos reducir la planilla y, al mismo tiempo, restituir paulatinamente el salario del personal a partir de la primera quincena de julio, comenzando por los colaboradores de menos ingresos.

Los editores y ejecutivos de la empresa serán los últimos en recuperar sus salarios. Con ese fin, el Grupo Nación solicitó una extensión de la reducción de jornadas de conformidad con la ley. La meta de la reestructuración, además de superar las difíciles circunstancias creadas por la pandemia, es emerger con una redacción ágil y ajustada a las nuevas condiciones del país y de la industria periodística.

Ha sido doloroso despedirnos de decenas de colaboradores, incluidos 17 colegas de la redacción y otros miembros de las áreas de apoyo directo a la labor periodística. En total, la empresa redujo en un 20 % su planilla. A todos nuestro agradecimiento por sus esfuerzos a lo largo de tanto tiempo. Habríamos querido que las circunstancias no nos hubieran puesto en esta situación. Nos consuela saber que hicimos cuanto estuvo a nuestro alcance para evitarlo. Les deseamos siempre lo mejor y ojalá podamos reencontrarnos. Ninguno nos deja por falta de esfuerzo o talento. Por el contrario, todos son ejemplares personas y profesionales.

La reestructuración permitirá iniciar el proceso de recuperación de los ingresos de más de medio centenar de periodistas y de muchos más colaboradores de otras áreas, a quienes pedimos renovar esfuerzos para preservar la función de La Nación en la sociedad costarricense. Los lectores juzgarán si lo logramos, pero confiamos en no defraudarlos.

La pandemia ha tenido efectos devastadores sobre la industria de los medios en todo el mundo. Gannett, la cadena más grande de periódicos en los Estados Unidos, propietaria de USA Today y otros 250 diarios, ordenó a la mayor parte de sus 24.000 colaboradores tomar cinco días libres, sin paga, una vez al mes. En total, 36.000 empleados de medios perdieron su trabajo o sufrieron reducciones de salarios en ese país desde el inicio de la pandemia. En América Latina, El Comercio de Lima, buque insignia de un gran consorcio, anunció el despido de 400 colaboradores. La prestigiosa revista Fortune hará lo mismo con el 10 % de su planilla.

Los ejemplos saltan a la vista en todo el mundo. La industria de medios arrastra serios problemas estructurales y el coronavirus los exacerba y evidencia. La crisis nos reafirma en la convicción de que el futuro está en las suscripciones digitales. Por eso, lanzamos un modelo de pago por contenido que ya ronda 16.000 suscriptores activos.

Los medios impresos del Grupo Nación eran rentables antes de la pandemia y volverán a serlo cuando la emergencia pase, pero el crecimiento de las suscripciones digitales no ha cesado siquiera en estos difíciles meses.

Con vista en esa realidad, decidimos aceptar el inevitable dolor de este momento como una severa advertencia sobre la necesidad de intensificar los cambios para seguir desempeñando nuestro papel en la sociedad costarricense. Con el apoyo de suscriptores y anunciantes saldremos de la pandemia con una redacción ágil y adecuada a los retos del porvenir.