Editorial

Dedicación exclusiva

No hay estudios del mercado laboral ni de los cargos donde el pago del incentivo se hace aconsejable. Basta un oficio del jerarca para concederlo

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Una de las características más notables de la maraña de beneficios concedidos al sector privilegiado de la Administración Pública es la desvinculación entre el incentivo y sus objetivos. Las anualidades deberían servir de estímulo para el buen desempeño, pero, si se conceden a prácticamente todo el personal elegible, sin una verdadera evaluación de las labores desplegadas, se convierten en un regalo injustificado e incosteable.








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