Columnistas

Todos somos noruegos

Los admirables noruegos de hoy fueron fieros vikingos, rústicos y brutales, que tenían la fea costumbre de escupir en la bañera por la que todos solían pasar a quitarse la sangre y el barro del camino tras el exterminio de pueblos adversarios.

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Donald Trump quisiera inmigrantes noruegos. Gente rubia, alta, ordenada, laboriosa, educada y limpia. Gente exitosa con quien comparte rasgos físicos y ciertos comportamientos. Pero lo probable es que no tenga éxito. Hoy los noruegos poseen un nivel de vida más alto que el estadounidense y encuentran que en su país democrático, libre y pacífico abundan las oportunidades de mejorar con el propio esfuerzo. No tienen por qué emigrar. A casi nadie le gusta marcharse a lo desconocido.








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