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El dólar comenzó el descenso en julio del 2022 hasta alcanzar, el viernes pasado, el precio más bajo en cinco años.
Tuve la oportunidad de participar en un foro del sector productivo sobre el tipo de cambio y su repercusión. Estaban alrededor de diez cámaras empresariales, de diversos ámbitos, y se contó con presentaciones de los economistas Gerardo Corrales, José Luis Arce y Fernando Naranjo.
La apertura del foro la hizo Guido Vargas, dirigente cafetalero, quien explicó cómo en las condiciones actuales los precios que van a recibir los caficultores son menores que las sumas adelantadas por los beneficios de café, en otras palabras, el productor deberá devolver dinero al beneficio. Lo que es grave, dado que es una actividad distribuida en buena parte de la meseta central y tendrá repercusiones sociales serias.
También operadores del sector turístico explicaron cómo sus paquetes ya se vendieron, y con el tipo de cambio actual lo cobrado resultará ruinoso para ellos. Muy preocupante, dado que el efecto de esta actividad abarca prácticamente todo el territorio nacional y con encadenamientos importantes con pequeñas y medianas empresas.
En las presentaciones se destacó el crecimiento que ha tenido la economía nacional a raíz de la llegada de empresas de alta tecnología, lo que atrajo una importante inversión extranjera. Ante esta manifestación, me surge una preocupación tan grande como las otras, y es que, si estas empresas están reduciendo su planilla a escala mundial, dejarán mayor número de empleos en aquellos centros de operación más costosos y la apreciación del colón sin duda nos convierte en una de las plazas más caras, lo que de fijo será un imán para mayores recortes en sus subsidiarias costarricenses.
También fue tema de conversación que el efecto no solo está golpeando a los generadores de divisas —exportadores, el turismo o zonas francas—, sino también a la producción local agropecuaria e industrial, que con ese tipo de cambio convierte en muy barata la importación de productos y desplaza la producción nacional, por ejemplo, una cerveza nacional es más cara que una importada.
¿Qué se busca? Que de la misma manera que el Central actuó ante la devaluación lo haga ante la apreciación, la no aprobación de más créditos y el aumento de las reservas de divisas. Sean estas u otras medidas, sin duda urge actuar.
La autora es politóloga.