Donald Trump no irá a la Octava Cumbre de las Américas. Si bien la atrocidad en Siria amerita la inmediata intervención de la comunidad internacional, su ausencia confirma su difícil relación y baja popularidad en la región (16 %), que podría ser aprovechada por Rusia y China que a hoy es el socio comercial principal para algunos países del sur.
Distante está el espíritu panamericanista de la primera Cumbre de Miami en 1994, en donde América Latina, como pares y socios naturales del norte, conformarían una gran zona de libre comercio para las Américas, o la expectativa de cambios y puentes generados por Obama en Puerto España y Cartagena (2009 y 2012).
El América First, las medidas proteccionistas, la salida del Acuerdo Transpacífico (decisión que podría reconsiderar), la decisión de cuatro países de la región de continuar sin Estados Unidos, así como la retórica en la actual renegociación del Tratado de Libre Comercio con Canadá y México, han minado la autoridad del otrora líder del libre comercio mundial.
Su peyorativa visión hacia los inmigrantes mexicanos, extensiva a la región, y las nuevas reglas podrían significar la deportación masiva a países sin capacidad de absorción laboral, desintegración familiar y disminuir el flujo de remesas, importante fuente de ingreso para países vecinos. Esto amenaza las buenas relaciones que ha tomado tantos años construir. ¿La diplomacia inteligente cede frente a la mentalidad del muro?
Se cuestiona la importancia de las cumbres y sus resultados ante la falta de un documento final en las últimas dos. Difiero de ello, pues estas cumbres son más que un documento, presentan oportunidades, ventanas de diálogo y cooperación y operan como termómetro de la región: en esta oportunidad el debilitamiento del bloque del ALBA, evidenciar las consecuencias de un modelo fallido que hoy tiene en una de las peores crisis humanitarias a Venezuela y la baja prioridad de la región para los Estados Unidos.
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Esta cumbre invitó al gran ausente del encuentro del 2015: la corrupción. Las revelaciones de los tentáculos de Odebrecht que toca las más altas autoridades de 12 países, las detenciones de Lula y Martinelli y la salida del anfitrión Pedro Pablo Kuczynski, ponen en la mira y en la discusión un tema que carcome nuestras democracias. ¡Un paso positivo sin duda!