Sana Crítica: Mujeres e inteligencia artificial

Amazon y Linkedln, entre otros, descubrieron que sus propias plataformas de búsqueda de talento discriminan a favor de los hombres.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La inteligencia artificial (IA) es uno de los corazones de la Cuarta Revolución Industrial, fenómeno generador de grandes oportunidades, pero también de innegables desafíos, especialmente, en el campo laboral.

La automatización amenaza los trabajos efectuados por personas de bajo nivel de escolaridad y conocimientos técnicos. En su versión más sofisticada, reta a quienes poseen amplios currículos (médicos, arquitectos, abogados) y a los operadores de centros de llamadas, entre otros.

El hecho de que un mayor número de mujeres esté graduándose de las universidades respecto a los hombres no es tan ventajoso para ellas si tomamos en cuenta las áreas conocidas como STEM (siglas en inglés de ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas). Donde están las mejores oportunidades, ellas tienen una bajísima participación, no superan el 20 %.

Esta preocupación llevó al Foro Económico Mundial a aliarse con Linkedln y descubrieron que en los últimos cuatro años, de la totalidad de las personas con habilidades para la inteligencia artificial, en redes neurales, como machine y deep learning, las mujeres apenas representaban un 22 %.

Otro reto es la reproducción de estereotipos en el procesamiento de datos, como le pasó a Amazon, que invirtió millones de dólares en procesar 10 años de currículos para mejorar el reclutamiento, y en las pruebas se demostró cómo su propia plataforma discriminaba a las mujeres. Gracias a haberlo detectado descartaron la plataforma.

Conscientes de que la IA no es inmune a los estereotipos de quienes la programan o de las bases de datos usadas, personas como Jen Gennai es la responsable en Google de que la tecnología no excluya por raza o por género, etc.

Viendo esta realidad, en momentos cuando sufrimos un 12 % de desempleo que golpea con más fuerza a las mujeres, debemos replantearnos el sistema educativo e incentivar desde muy temprano en hombres, y muy especialmente en mujeres, el amor por las STEM.

Iniciativas como Girls Who Code o clubes donde se aprende robótica y las utilidades prácticas de las STEM son iniciativas sencillas con grandes réditos. No solo se trata de invertir en educación un 8 % del PIB, debe hacerse de manera inteligente y anticiparse a los cambios del futuro.

nmarin@alvarezymarin.com

La autora es politóloga.