Próximamente dará inicio la primera campaña de vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH) en nuestro país. Treinta y cinco mil niñas recibirán la primera dosis, que será reforzada seis meses después para brindar a quienes la reciban protección de por vida contra el virus, cuya gravedad aumenta dado que puede derivar en diferentes tipos de cáncer, muy especialmente el de cérvix.
En Costa Rica, se detectan anualmente 730 casos de cáncer de cérvix y mueren por esa causa 130 mujeres al año. En el quinquenio 2011-2015, la enfermedad ocupó el cuarto lugar en mortalidad en la población después del cáncer de piel, mama y próstata; se ubica, en el caso de las mujeres, en el tercer lugar.
La vacuna es recomendada por la Organización Mundial de la Salud y se utiliza en 85 países, ha estado asequible a nuestra población en farmacias privadas, pero solo para quienes pudieran pagarla. A partir de mayo, no será un privilegio para un número reducido de nuestra gente gracias a la decisión de las autoridades de salud y a una inversión anual de $1,5 millones, monto pequeño si lo comparamos con el dolor humano que previene, la pérdida de vidas que evita y la reducción del gasto en atención por morbilidad.
La prevención es siempre la mejor herramienta de combate y la más inteligente inversión a largo plazo. El programa marca, además, el inicio de un plan que continuará protegiendo anualmente a las niñas de 10 años. Surgirá una nueva generación libre del VPH.
Digno es de mencionar el reconocimiento hecho por el Dr. Douglas Lowy, director adjunto del Instituto Nacional de Cáncer de los Estados Unidos y jefe del Laboratorio de Oncología Celular de esa institución, al resaltar el papel estratégico y protagónico que ha tenido Costa Rica en la investigación y comprensión de este virus, lo cual marcará un antes y un después para muchas personas, como consecuencia de la solidez de nuestro sistema de salud público.
Otra muy buena noticia en este campo han sido los resultados exitosos de un plan piloto dirigido por la Dra. Eva Ramón, del Instituto Politécnico Nacional de México, quien consiguió eliminar el VPH del cuello uterino de 29 mujeres sometidas a la terapia fotodinámica, un hito médico, pero también humano para miles de mujeres en el mundo.
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La autora es politóloga.