Radar: Tentaciones oportunistas en la pandemia

Como ciudadanos, la responsabilidad que nos compete es entender, proponer, colaborar y, por supuesto, criticar si corresponde, pero sin precipitarnos en las tentadoras centrífugas de la destrucción.

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Subscribe

La etapa de aplaudir y sacar pecho ha pasado. En cuestión de pocos días, nos hemos sumergido en una nueva e inquietante fase de contagios, hospitalizaciones y muertes a consecuencia de la covid-19; también, de creciente incertidumbre personal y social.

Ante ellas, el repertorio de posibles reacciones es amplio. A riesgo de omisiones, lo resumo en ocho verbos: entender, criticar, proponer, colaborar, excusar, recriminar, aprovechar, destruir.

Los cuatro primeros pertenecen a las actitudes saludables de una ciudadanía activa en democracia. Los cuatro restantes implican distorsiones inconvenientes que, en el mejor de los casos, generan confusión y, en el peor, destrucción.

Entender, o tratar de hacerlo, conlleva indagar, con mente abierta, en los porqués de la nueva situación. Si, con alguna serenidad y adecuada información, concluimos que algo se ha hecho mal, estamos en todo derecho de criticar las acciones u omisiones que identifiquemos.

De ahí a precipitarnos en las recriminaciones, sin embargo, hay una enorme distancia: no es hora de encender hogueras inquisidoras, aunque tampoco de excusar responsabilidades: si a alguien le corresponde alguna, debe asumirla.

¿Y entonces qué? Como ciudadanos, nos corresponde proponer opciones, si estamos seguros de contar con adecuada información o conocimientos para hacerlo. Si no, mejor ser discretos.

En cualquier caso, se impone nuestro mayor esfuerzo por contribuir al combate de la pandemia, es decir, por colaborar en todo lo que podamos. Y todos podemos hacer mucho.

Desde los posibles resentimientos o el oportunismo, sin embargo, la tentación es grande: aprovechar la situación para allegar aguas turbias a los molinos de las ambiciones, aunque ello pase por destruir solidaridad social e integridad institucional.

Ya algunos personajes se han subido en esa corriente, como recurso para superar su marginalidad. Por ahora son una pequeña minoría, pero podría aumentar.

No descartemos la posibilidad de momentos más críticos. Cuanto peores sean, más las tentaciones oportunistas y destructivas, pero mayor también la responsabilidad que nos compete como ciudadanos de entender, proponer, colaborar y, por supuesto, criticar si corresponde, pero sin precipitarnos en las tentadoras centrífugas de la destrucción.

Correo: radarcostarrica@gmail.com

Twitter: @eduardoulibarr1