Radar: Rubik y las negociaciones con el FMI

El buen resultado dependerá, sobre todo, del desempeño de los actores a cargo de las movidas

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Varios actores interconectados. Una estructura de normas, costumbres e instituciones que propician o limitan su quehacer. Un tiempo definido para actuar. Una dinámica de acción-reacción, en un entorno cambiante, casi móvil. De esta trama dependerá si el país logra suscribir un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. No estamos ante una, y ni siquiera una serie de negociaciones, sinoante un sistema en que todas ellas se conectan de manera orgánica. El desafío no consiste en armar un rompecabezas plano, sino un cubo de Rubik multidimensional, y difícilmente quedará listo al primer intento.

El buen resultado dependerá, sobre todo, del desempeño de los actores a cargo de las movidas; esencialmente, cuatro conjuntos: el FMI, el gobierno, los diputados y los grupos de interés. ¿Qué pedirle a cada uno?

Al Fondo, no mucho. Es un ente externo y, además, predecible: su valoración será estrictamente fáctica, y su sí o no final dependerá de que los planteamientos del país tengan sentido para que los números cierren. Al gobierno, actor central, el pedido es diverso: 1) una voz unitaria y que se proyecte como tal, sin contradicciones; 2) solvencia técnica; 3) buenas propuestas y capacidad de ajustarlas si topan con la cerca legislativa, y 4) paciencia, inteligencia y tenacidad negociadora en todos sus frentes.

A los diputados, en esencia, lo que pedía Hipócrates a sus discípulos en la Grecia antigua: «Lo primero, no hacer daño». Traducción: poner a un lado los fulminantes electorales, las extravagancias politiqueras y las ocurrencias, y centrarse en las necesidades nacionales, con rigor, independencia y, a la vez, una pizca de grandeza.

Los grupos de interés seguirán impulsando sus fines; para eso existen. El gobierno y los diputados deberán conciliar los que sean posibles y definir los sacrificios necesarios de todos. El llamado a los sectores, entonces, es que respeten las decisiones institucionales.

Hoy llegamos a la mitad de la ronda negociadora inicial entre el gobierno y el FMI. Concluirá el otro viernes. Será clave para alumbrar el camino y facilitar, espero, las interacciones del sistema. El deber es avanzar hacia la estabilidad de un acuerdo, no el abismo de su rechazo o el purgatorio de la indecisión; es decir, cerrar limpiamente el cubo de Rubik.

Correo: radarcostarrica@gmail.com

Twitter: @eduardoulibarr1