Radar: Notas y hechos fiscales

¿Qué nos quiso decir Standard & Poor’s al bajarnos la calificación?

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Podemos criticar o dudar de cómo trabajan las agencias calificadoras de riesgo crediticio. Pero si hay algo fuera de controversia es que sus calificaciones producen consecuencias reales: de ellas depende en gran medida cuánto le cueste a un país endeudarse. Por esto, y porque ponen sus dedos en las llagas financieras e institucionales de los emisores, debemos tomarlas en serio.

El martes, al bajar la calificación nacional de B+ a B, lo que dijo Standard & Poor’s, una de las tres principales, es que se ha debilitado aún más nuestra capacidad de honrar los compromisos de deuda soberana (estatal). Y al añadir la perspectiva “negativa”, indicó que la situación puede agravarse.

¿Por qué nos bajó nota? Hay una razón incontrolable, aunque es difícil saber cuánto pesó en su decisión: el impacto económico de la covid-19, que nos obliga a incurrir en mayores déficit y deuda. Pero otra depende solo de nosotros: la capacidad del gobierno para manejar, estructuralmente, las finanzas públicas. Y cuando dice "gobierno", S&P dice Ejecutivo y Legislativo, dice exoneración de la regla fiscal a las municipalidades y dice renuncia del ministro Rodrigo Chaves por ello; es decir, una responsabilidad compartida de los actores políticos.

¿Qué hacer para evitar males peores y, ojalá, mejorar? Me atrevo a dar algunos consejos, de varios posibles. Al Ejecutivo, que articule una estrategia financiera y económica explícita y coherente, un alineamiento absoluto del gabinete con ella y un mensaje persuasivo para comunicarla y explicar la diferencia entre soltar la llave para afrontar la emergencia (inevitable) e impulsar las decisiones estructurales de las que depende el futuro fiscal (indispensable).

A la Asamblea, le repito lo que dijo ayer el exministro Chaves en La Nación: que no se ponga “creativa”, sea repartiendo beneficios, cediendo ante clientelas u otorgando exoneraciones. A los grupos de interés, que no se pasen en sus presiones: no hay para todos y la prioridad son los más vulnerables. Y a los demás (me incluyo), paciencia para resistir un viaje largo y lleno de turbulencias. Lo entiende la OCDE; creo que también lo entenderán las calificadoras. Pero lo más importante es que el país lo necesita. Más que la nota, debemos mejorar los hechos.

radarcostarrica@gmail.com

Twitter: @eduardoulibarr1